viernes, 25 de abril de 2014

La manipulación mediática

Controlar los medios es controlar las mentes y controlar las mentes es controlar las conductas de las gentes.

Si algo caracteriza a la época que estamos viviendo es el bombardeo mediático a que está sometido el pueblo. Nos llegan muchísimas más noticias de las que podemos atender, indagar y reflexionar. La mente no da para tanto y quizá por esa razón, o quizá porque pensar es cansado y aun peligroso, la gente se traga lo que le echan y lo digiere bien porque se lo dan aliñado con toda clase de entretenimientos.

Los medios de difusión se convirtieron durante el pasado siglo XX en el principal instrumento de manipulación mental de los pueblos. A los tradicionales carteles publicitarios, cuyos ancestros encontramos ya en el arte representativo de la antigüedad y más cercanamente en las pinturas murales de los templos medievales, se le sumó la palabra escrita y más tarde la voz a través de la radio y posteriormente la imagen en pantalla. Hoy son incontables los instrumentos de que dispone el poder para difundir su ideología.

En el lavado de cerebro que ese bombardeo mediático representa podemos sin duda hallar respuesta a la pregunta que se hace el sociólogo López-Aranguren en el vídeo cuyo enlace ofrecemos al pie [1] cuando dice: “¿Cómo puede ser que ocho millones de trabajadores en nuestro país voten PP?”.

Esa base ideológica inconsciente que late en las mentes de la población es el caldo de cultivo que hace fecundas la manipulación de noticias y las mentiras que los medios propagan, las cuales no tendrían ni de lejos el mismo efecto sin ese embotamiento mental programado que las custodia.

Es innecesario que señalemos los innumerables casos de ocultación y falsedad que transmiten prensa, radio y TV, pero como ejemplo podemos dar lo que el profesor Vicenç Navarro dice en el escrito cuyo enlace ofrecemos [2].

Esta manipulación mental que señalamos no sería posible sin la colaboración inconsciente de las personas manipuladas. El engaño es posible porque la persona engañada goza soñando las maravillas que el timador le ofrece, lo cual hace que renuncie de antemano a cualquier reflexión o análisis que pueda llevarle a rechazar eso que tanto le satisface. La gente busca el placer que envuelve a las mentiras, lo cual hace que los medios de difusión sean objetos de negocio tan codiciados como indica el escrito de Ignacio Ramonet [3].

Pero la población mundial no está formada tan solo por esa masa amorfa de mentes obstruidas sino que hay por fortuna en ella cantidad ingente de seres pensantes. Y por fortuna también esas mentes tienen a su disposición medios de comunicar sus conocimientos y reflexiones. Ahí están Facebook, Twitter, YouTube, blogs personales, etc., los cuales son fruto a la vez de la desmesurada necesidad que los opresores tienen de hacer negocio. A través de esas redes, las mentiras del poder van cayendo día a día [4]. Cabe pensar que dentro de un tiempo los poderosos habrán encontrado la forma de establecer filtros censores en esos grandes medios, pero de momento no les queda otra sino batirse en ellos con el pueblo.

En esta guerra sin cuartel que el capitalismo tiene declarada al mundo entero, son muchos los campos de batalla. Además de los medios de comunicación recién vistos tenemos los tradicionales, es decir las acciones personales directas, tales como manifestaciones, huelgas, etc. y la prensa veraz impresa y digitalizada. Prueba de ello nos la dan las múltiples publicaciones existentes que el gran capital no controla y que se sustentan por el esfuerzo de quienes las realizan. Entre tantos encomiables esfuerzos nos complace citar en el día de hoy el de la revista digital e impresa CAFEAMBLLET.COM, que ahora nos llega en edición impresa gracias a la financiación de aportaciones personales de sus lectores y a la tenacidad de quienes la realizan.

Una sola cosa es necesaria para poder dar la batalla en esta guerra: creer en aquello por lo cual luchamos. Creer en la posibilidad de vivir con justicia, en la igualdad de derechos y deberes para todo ser humano, en que podemos y debemos colaborar con el resto de la humanidad en hacer ese mundo de libertad y paz que anhelamos.

Solamente con una clara y bien reflexionada fe en los principios que señalamos podremos dar con alguna posibilidad de éxito la batalla. Mantengamos, pues, despierta la mente y abierto el corazón para que el espíritu que nos alienta nos sostenga. /PC


NOTAS

[1]    Manipulacion medios de comunicacion
https://www.youtube.com/watch?v=A1sHDGUt7_E#t=139

[2]    Las falsedades de los mayores medios españoles en su cobertura de Ucrania
http://www.vnavarro.org/?p=10716

[3]    Ignacio Ramonet, “Todos bajo control”   
http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=07475aa5-a767-45df-8d2d-43b28a21877b

[4]    Thierry Meyssan, “Hacia el fin de la propaganda estadounidense”
http://www.voltairenet.org/article183372.html

[5]    Revista “cafèambllet.com”
http://www.cafeambllet.com/press/



PUBLICADO EN: 
http://www.kaosenlared.net/secciones/s2/opinion/item/86216-la-manipulaci%C3%B3n-medi%C3%A1tica.html

http://www.lupaprotestante.com/lp/blog/la-manipulacion-mediatica/

http://ecupres.wordpress.com/2014/05/06/la-manipulacion-mediatica/ 

domingo, 20 de abril de 2014

Ser o no ser izquierda

Dignidad y valentía o mentira e hipocresía. ¡Lealtad o traición!


El “sí pero no”, el “lo que más convenga” no son sino pura hipocresía. ¿A qué obedecen las conveniencias políticas que se anteponen al respeto que merece la dignidad humana? ¿Cuáles son los principios que rigen semejante conducta?

Hacer política de izquierdas no es compatible con el respeto a unas leyes que le quitan al pueblo algo tan básico como es la vivienda. La gente tiene casa o no la tiene. Tiene un techo que le cobije o está a la intemperie. Ninguna ley que deje a alguien en desamparo puede ser tenida por legítima. Ni ningún partido político que la acepte puede ser considerado de izquierda, porque la única razón de ser de la izquierda es la defensa de los Derechos Humanos.

Defender los Derechos Humanos exige defender la igualdad en derechos y deberes de todas las personas. Exige defender la solidaridad que implica el uso equitativo de recursos y bienes. Exige defender la libertad de pensamiento y acción sin más límite que el mutuo respeto y el bien común. Exige defender la dignidad humana por encima de todo y oponerse a todo cuanto la conculque. Esas son las obligaciones ineludibles de todo partido de izquierdas. Un partido político que no las cumpla no es de izquierdas, por más que diga.

En materia de derechos humanos no cabe la tibieza. No se puede “encender una vela a dios y otra al diablo”. Se está con los oprimidos o se está con los opresores. No cabe otra. Luego a quienes dicen ser de izquierdas pero no se rebelan contra la opresión de la derecha hay que recordarles que quien calla otorga y que en buena ética a eso se le llama traición.

Dar soporte político al menos malo para que no gane el malo es caer en la trampa del bipartidismo. De ese bipartidismo engañoso que no es sino dos caras de lo mismo. Ese bipartidismo artero, traidor al más elemental principio democrático que niega la igualdad a votantes y a votados, que privilegia a los representantes de los ricos en detrimento de quienes pretenden representar a los pobres. ¡Basta ya de farsa! ¡Bipartidismo no es democracia!

Es hora ya de romper con tanto engaño. ¿A qué nos lleva? Sabemos que hasta aquí nos trajo pero, ¿hasta dónde queremos llegar? Vemos como día a día se están destruyendo todos los logros sociales que daban una vida digna a la mayor parte de la población: asistencia sanitaria, cuidados a las personas mayores y a las minusválidas, enseñanza de conocimientos básicos al alcance de toda la sociedad, protección y respeto a la integridad de todas las personas, vivienda digna para todo el mundo, reducción de desigualdades y privilegios sociales... Todo nos lo están quitando esas políticas neoliberales que los poderosos nos han impuesto. ¡Todo! ¿Vamos a seguir consintiéndolo?

El pueblo se moviliza y sale a la calle. Quienes sienten herida su dignidad echan a andar. La revolución está en marcha. Los sindicatos oficiales, mayoritarios, y los partidos autodenominados de izquierdas se quedan quietos. ¿De qué parte están esos que no se mueven? ¿Qué intereses defienden?

En política, como en todo en la vida, se es o no se es. Se está con los oprimidos, y entonces se es rojo, o se está con los opresores y entonces se es de derechas. ¡No hay más!

Les invitamos a leer los artículos cuyos enlaces copiamos. /PC


Vicenç Navarro
¿Qué se entiende por modernizar a las izquierdas?
http://www.vnavarro.org/?p=10677

Julio Anguita / Juan Rivera
Lo valiente ahora es irse con Dignidad
http://iniciativadebate.org/2014/04/11/lo-valiente-ahora-es-irse-con-dignidad/

Ada Colau
Ada Colau reclama a IU que rompa el pacto de gobierno en Andalucía por la Corrala Utopía
http://iniciativadebate.org/2014/04/11/ada-colau-reclama-a-iu-que-rompa-el-pacto-de-gobierno-en-andalucia-por-la-corrala-utopia/

 

PUBLICADO EN:
http://www.kaosenlared.net/secciones/s2/opinion/item/85813-ser-o-no-ser-izquierda.html

http://ecupres.wordpress.com/2014/04/22/ser-o-no-ser-izquierda/


sábado, 12 de abril de 2014

La vía de la intolerancia

El Reino de España dice no a las aspiraciones del pueblo catalán a emanciparse del dominio de la Corona. La Vía de la Intolerancia supera en mucho a la Vía de la Independencia que trazó el pueblo catalán el pasado 11 de setiembre. (NO 299 / SÍ 47 / Abstención 1).


Es lamentable que ni el presidente del gobierno español ni la mayor parte del conjunto de diputados entienda que el más elemental derecho de los pueblos consiste en gobernarse a sí mismos, en tener sus propias leyes, no las que les impongan mandatarios de otros pueblos. Que no entiendan ni esté en su modo de pensar que nadie tiene derecho a someter a nadie, ya se trate de personas o de pueblos. Que no entienden que la convivencia es contraria al abuso y que abuso es lo que los gobiernos del Reino de España vienen haciendo desde hace tres siglos con el pueblo catalán.

Argumentos como los de Rajoy cuando dijo que la independencia de Catalunya no tiene sentido porque la sangre de los catalanes está mezclada con la de los otros pueblos de la gran España evoca a los líderes nazis obsesionados con la pureza de la sangre. Ni de lejos parece pasarle a ese hombre por la cabeza la idea de que no es una cuestión de sangre ni de razas sino de principios, de ética.

Tampoco parece que toda esa gente que compone la Cámara de Diputados tenga mucha conciencia de ser representantes de un pueblo a cuya voluntad se deben. Más bien parece que la idea fija en su cabeza es la de que son ellos quienes tienen derecho a decidir lo que debe hacer, pensar y sentir el pueblo. Su conducta denota un claro convencimiento de que su función consiste en gobernar con miras a los intereses de la oligarquía  capitalista que se ha apropiado de este mundo.  Ellos, los políticos y legisladores, no dan muestra de estar atentos a ningún otra función que no sea la de impartir la injusticia social que exige esa oligarquía.

La legitimidad de todo ese colectivo de representantes políticos no se sostiene por parte alguna. En primer lugar porque las disposiciones que de esa cámara dimanan son contrarias al bien común de la población. En segundo lugar, porque no es cierto que estén ahí porque los puso el pueblo mediante sus votos. Están ahí porque las leyes y normas electorales vigentes son una pura trampa que tiene como fin garantizar ese supuesto bipartidismo que no es sino monopartidismo, dado que ambos partidos mayoritarios son la mano política de los grandes intereses capitalistas a los que ambos representan y sirven.

Hace tiempo ya que el pueblo descubrió que esa casta política no le representa. Lo decían los mayores ya cuando yo era niño. El consabido “todos son iguales” es ancestral. Pero la mano dura del Estado ha encontrado siempre la forma de evitar que el pueblo tomase las riendas de su propio destino. La violencia de los poderosos ha echado por tierra una y otra vez los esfuerzos de quienes han luchado por establecer sociedades más justas, formas más humanas de convivencia, menos discriminativas y más acordes con el bien común. Eso ha sido así bajo todas las ideologías que han intervenido en la historia de los pueblos. Parece como si el destino de la humanidad estuviese marcado a fuego por el signo de la catástrofe y nada, ni pensamiento ni sentimiento alguno pudiese borrar esa huella.

Quien esto escribe no es optimista en cuanto al destino de la humanidad entera, sino que en su opinión la especie humana se autodestruirá en más o menos tiempo. No hay más que ver la violencia que hay desatada en el mundo, tanto a nivel de estados como de capas sociales. El mundo entero está en manos de la más irrefrenable locura y a eso no hay quien le dé vuelta. Pero al mismo tiempo una visión de la dinámica de los pueblos centrada en la naturaleza humana nos lleva a pensar que la injusticia no lo va a tener fácil. Siempre ha habido quien se le enfrente y siempre habrá quien lo siga haciendo. Siempre habrá quien dé la batalla por la dignidad humana, por el bien común, por la pervivencia de lo justo, de lo legítimo, de lo solidario, de lo humano.

Mal lo tienen quienes se empeñan en ponerle puertas al campo. Los pueblos son rebeldes porque la rebeldía es inherente a la naturaleza humana, de modo que donde haya un opresor aparecerá siempre, sin lugar a dudas, un rebelde insumiso.

Se equivocan los políticos españoles que han optado por la opresión. Ni las clases humildes se van a someter sin dar batalla ni lo van a hacer los pueblos humillados por ese Estado español que hoy los somete. El final llegará indefectiblemente para gentes y pueblos, pero la lucha no cejará mientras haya un solo ser humano con una gota de sangre corriéndole por las venas. /PC

PUBLICADO EN:

http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/85223-la-v%C3%ADa-de-la-intolerancia.html
 
http://ecupres.wordpress.com/2014/04/16/la-via-de-la-intolerancia-2/
 

viernes, 4 de abril de 2014

El gobierno contra el pueblo

El capitalismo más salvaje nos ha declarado la guerra. Sus representantes de turno quieren un pueblo que acepte con sumisión la esclavitud más denigrante. ¿Tenemos que consentir semejante atropello? ¿Cual debe ser nuestra respuesta?


Las disposiciones del gobierno son puro robo. La legalidad contradice la legitimidad, y los delitos de gobernantes y banqueros dejan de serlo por disposición de jueces y legisladores. Los jueces rebeldes, los que anteponen la justicia a los intereses del poder, son apartados de sus funciones por el bloque en peso del poder judicial. El fraude toma carta de naturaleza en el quehacer cotidiano de quienes administran el Estado.

El pueblo bulle de indignación y sale a la calle a manifestar su enojo. La fuerza represora del poder estatal cae de una y mil maneras sobre quienes reclaman legal y pacíficamente. Silencio informativo para que la mayor parte de la población ignore las acampadas y marchas que exteriorizan la protesta. Desinformación y mentiras cuando la ocultación ya no es posible. Impedimentos para el desarrollo pacífico de las marchas. Provocación policial y represión injustificada en respuesta a falsas agresiones. Mentiras y violencia por parte del gobierno. Indignación creciente rabia en el pueblo.

Mal camino lleva la paz cuando a la palabra se le responde con violencia. Es difícil vaticinar acontecimientos, pero no parece previsible que el gobierno abandone su servidumbre a los poderes fácticos y deje de oprimir y humillar al pueblo. Por esta razón tampoco parece previsible ni es deseable que el pueblo vaya a quedarse impasible, de brazos cruzados, aguantando la injusticia a la cual es sometido. La incógnita está en cómo responder a tan salvaje agresión. Fuerza para enfrentar al poder del Estado no parece que la haya, pero estrategias habrá de haberlas porque de otro modo la esclavitud está servida. De ser seres libres y dignos pasaremos a padecer la más ignominiosa de las esclavitudes.

Han pasado muchos años ya desde aquel 1936 en que la gente de ideas era asesinada por quienes no tenían más razón que la violencia. El terror ha caducado ya y los fuertes enfrentamientos del pasado fin de semana dan a entender que no ha contagiado toda la sangre joven. Entre la masa embrutecida por el consumismo despunta el florecer de nuevas inquietudes y esperanzas. Luego si los gobiernos no cesan en su agresión al pueblo, la lucha está servida.

Varios son los frentes posibles y en principio todos deben ser bienvenidos. Pero como bien nos recuerda Julio Anguita [1], no se trata de librar batallas sino de ganar la guerra, por lo cual es conveniente valorar el nivel de eficacia y el costo de cada uno de los procedimientos empleados.

Por poner un ejemplo diremos que la huelga puede ser aconsejable en algunos casos pero no en todos, pues una huelga que perjudica más al pueblo que al poder opresor es sin duda un desacierto. Y algo parecido ocurre con el enfrentamiento físico contra la fuerza policial, que si bien puede servir para enardecer a quienes batallan también puede contribuir a crear un clima de miedo que lleve a la gente a no manifestarse, lo cual será un buen servicio al aparato represor del Estado.

Que el gobierno actual no tiene escrúpulos es de dominio público. No faltan voces que lo acusan de perseguir un acto de sangre para tener alguna excusa plausible para prohibir las manifestaciones del pueblo. Las torres gemelas del 11SNY en versión española. Ese sentido es el que muchas voces le dan a las incomprensibles irregularidades que se cometieron en el mando de la policía antidisturbios durante la brutal agresión que perpetraron al final de la manifestación del 22M.

Que no debemos amilanarnos sino seguir firmes en nuestra lucha está más que claro. Pero que debemos organizar estrategias que no sean lanzar piedras sobre el propio tejado es más que evidente.

Ahora más que nunca es el momento de unirse a organizaciones de base que luchen por salvar los derechos que los gobiernos nos roban. Es el momento de coordinar acciones de forma consensuada, de reunirse en plataformas ciudadanas para que desde posiciones incuestionablemente pacíficas y difícilmente falseables podamos dar la batalla al cinismo con que actúan quienes gobiernan. 

Seamos sensatos y actuemos sin temor pero con cabeza. Cada cual tiene un puesto en esta guerra que el capitalismo nos ha declarado. Defender nuestros derechos frente a quienes nos los están robando no es un derecho sino un deber. No vale decir “no va conmigo”, porque el futuro de nuestros seres más queridos depende de que nosotros nos movilicemos. /PC

[1]    https://www.youtube.com/watch?v=Rexs7D4KbOI

PUBLICADO EN:

http://lists.kaosenlared.net/component/k2/item/84725-el-gobierno-contra-el-pueblo.html