domingo, 25 de octubre de 2015

Catalunya entre la ambición y la justicia


Ni opresora ni oprimida sino libre y soberana, pionera en el gran cambio que la humanidad necesita… o alineada junto a los poderosos que destruyen el mundo y la humanidad entera.


El mundo actual está siendo zarandeado por la codicia del capitalismo. Opresión, miseria y guerras con todas sus sangrantes consecuencias en los pueblos que las padecen son las consecuencias directas de esa voraz locura que no tiene otra causa sino la ciega soberbia, el loco afán de poder. La miseria del alma de unos cuantos causa la desgracia de todos, porque la paz es un bien incluso para quienes la destruyen, aunque ellos no lo sepan.

Catalunya, ese pequeño país de milenaria historia anexado bajo la fuerza las armas hace tres siglos por el reino de España, no es una excepción. Acá se está dando en el momento presente una batalla incruenta entre la codicia del principal partido de la derecha catalana y el afán de justicia de la izquierda. Es la lucha de David contra Goliat. Una pequeña izquierda surgida de lo hondo del pueblo que viene luchando por la independencia de la nación catalana como principio elemental de justicia frente a la poderosa derecha, rica en recursos y medios de todo orden, que pretende seguir capitalizando para su propio bien y el de las gentes de su clase todo cuanto pueda del patrimonio público catalán, de cuanto pertenece al pueblo, ya sea porque son espacios y recursos naturales, como el territorio y el agua, o porque haya sido construido mediante la aportación de fondos públicos surgidos de los impuestos que el pueblo catalán aporta con su trabajo, como son los servicios de salud pública, pensiones de jubilación, enseñanza, etc.

Quien es cada cual lo muestra claramente el entorno social de quienes componen ambos bandos. Gente del pueblo en el lado izquierdo; alta burguesía en el derecho. “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Sus respectivas motivaciones las denotan los hechos. En tanto la derecha da soporte a las políticas de despojo y apropiación de patrimonio, cual son los bancos que desahucian a pobre gente sin empleo que no puede pagar los plazos de la hipoteca, esa pequeña izquierda surgida de lo hondo del pueblo se opone con todos los medios de que dispone, incluido su propio cuerpo, a que la policía lleve a cabo esos criminales desalojos. Mientras esa derecha catalana que dice ser independentista da soporte a la “ley mordaza” decretada por el gobierno del Estado y echa mano de ella para reprimir a quienes protestan, la izquierda sale a la calle a enfrentarse a cuerpo limpio con las fuerzas armadas de antidisturbios y con el aparato judicial que las ampara. 

No se pueden equiparar ambos contendientes ni los principios que los mueven. Mientras a la derecha la mueve la ambición de poder y la codicia, la izquierda se rige por principios de igualdad y fraternidad. Uno de los básicos en la coalición que aglutina a la izquierda catalana es la no permanencia en puestos políticos retribuidos. Otro es el salario máximo que deben percibir quienes participen en la acción política, que no puede exceder a tres veces el mínimo interprofesional estipulado para todo el pueblo trabajador. En tanto la derecha se vale de dinero público para pagar a los profesionales que la alaban, esa izquierda surgida del pueblo no goza de subvención alguna, ni oficial ni extraoficial. No, no son equiparables. Es el pequeño representante del pueblo frente al gigante burgués opresor. Insistimos: David contra Goliat.

Una Catalunya libre y soberana, ni opresora ni oprimida, pionera en el gran cambio que la humanidad necesita es el ideal que late en el alma de la izquierda catalana y la impulsa a luchar. Una Catalunya poderosa, al lado de las fuerzas que controlan a los gobiernos de las naciones, que con su poderío siembran destrucción y muerte por doquier, es la que pretende afianzar la derecha catalana. La desigualdad de recursos entre uno y otro bando es inmensa. En tanto que la derecha controla los principales medios de comunicación y dispone de dinero suficiente para organizar eventos, la izquierda no cuenta más que con las acciones personales de quienes militan, las redes sociales, las acciones en los centros de los barrios, locales a los que no acude la mayor parte de la población. Tal situación nos trae a la memoria la vieja fábula del lobo blanco y el lobo negro:

-Dentro de nuestros corazones hay dos lobos luchando ferozmente. Uno es negro, el otro es blanco.
-Abuelo, ¿cuál de ellos vencerá? -preguntó un niño.
-Aquel que alimentes más. -fue la respuesta del anciano.

Hoy en el corazón de Catalunya se está librando una feroz batalla entre la ambición y la justicia. Ante la negación de la izquierda a dar soporte a la investidura del candidato de la derecha Artur Mas por desacuerdo con la política social que viene siguiendo a lo largo de sus mandatos, este amenaza con convocar nuevas elecciones, confiando sin duda en el poder de persuasión de los medios de comunicación que controla. Su ambición es extrema; su irresponsabilidad ante el peligro que comporta el auge ascendente de las fuerzas fascistas de la nueva derecha, máxima; y nulo es el respeto que muestra por la voluntad del pueblo catalán expresada en las elecciones del 27S. La pregunta que está en el aire es: ¿podrán la mentira y la codicia juntas vencer al afán de justicia que late en el corazón del pueblo catalán? Habrá que luchar y verlo. /PC

domingo, 18 de octubre de 2015

Explosivo cóctel emocional en la política hispano-catalana actual


A dos meses de las elecciones generales españolas y transcurridas ya tres semanas de las autonómicas catalanas del 27S sin que se sepa quién va a ocupar la presidencia, los medios informativos siguen azuzando los ánimos mediante toda clase de información malintencionada. 


La izquierda independentista catalana sigue plantándole cara a esa derecha que con el fin de mantenerse en el poder se convirtió de la noche a la mañana en independentista. Los medios informativos catalanes no logran por el momento polarizar la opinión pública contra esa izquierda insurgente que, fiel a sus promesas electorales, con solo diez escaños es pieza clave para que la coalición de derechas pueda hacerse con la presidencia. 

Tras una serie de fracasadas embestidas audiovisuales mediante las que cabe suponer se pretendía deteriorar la imagen de esa izquierda tenaz que es la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), la derecha independentista capitaneada por el presidente en funciones Artur Mas vuelve a centrar su propaganda en la guerra diplomática entre Catalunya y España. Y como si un acuerdo hubiese entre uno y otro bando, el gobierno estatal no hace sino favorecer la victoria de la derecha independentista catalana mediante declaraciones y acciones que son claras provocaciones al sentimiento patrio del pueblo catalán. 

Por si la empecinada torpeza de los políticos españoles en todo cuanto concierne al tema catalán fuese poco, ahí vino a sumarse el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que ha citado a declarar al presidente Mas el 15 de octubre, fecha en que se conmemora es fusilamiento del presidente Luis Companys por el régimen fascista del dictador Franco. Esa coincidencia ha hecho doblemente emotiva la citación judicial, la cual ha servido para que el pueblo catalán se manifieste una vez más en favor de la independencia patria. El presidente Mas ha renunciado al privilegio que como aforado le corresponde de prestar declaración judicial en su propio despacho y se ha desplazado hasta el Palacio de Justicia para declarar ante el juez Joan Manel Abril, uno de los jueces del TSJC que accedió al cargo por designación del Parlament de Catalunya a propuesta de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el partido que preside Artur Mas. Las organizaciones civiles Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural (ÒMNIUM), cuatrocientos alcaldes de la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y una gran cantidad de gente venida de todos los rincones de Catalunya en autocares fletados por ANC ha acompañado al presidente y ha manifestado su repudio al opresor Estado español.

Pese a que desde una perspectiva común tanto la citación judicial como la movilización de gentes y baño de muchedumbres en que se ha sumido al presidente se ven como una clara manifestación del sentir patriótico del pueblo, no faltan quienes escudriñando la vastedad política del presente sospechen que, sin menoscabo del sentimiento independentista del pueblo catalán, haya en esa agitación de masas un acuerdo más o menos tácito entre los poderes fácticos para que sea Artur Mas, un político neoliberal, la persona que encauce y controle el independentismo y lo mantenga dentro de los límites que convienen a las clases privilegiadas. 

Una Catalunya más o menos independiente del Estado español bien manejada por la derecha no sería ningún peligro serio para las oligarquías española y europea, ya que bien sometida a la UE, seguiría siendo feudo del capitalismo. La clase política catalana habría ganado poder sobre la española en esa batalla, pero el pueblo catalán permanecería sometido a los imperativos de esa oligarquía financiera, catalana, española y europea, cuyo único empeño es tener dominado y bien sujeto al pueblo trabajador.

Mientras eso ocurre en Catalunya, los principales partidos españoles en liza por la gobernación del Estado siguen tercos en su idea de que Catalunya es parte de España por derecho de conquista; en que la nación catalana no existe; y en que el pueblo catalán es una población de origen diverso que “para bien de toda España” debe seguir sometida a las leyes del Estado español. 

Mal camino se vislumbra a corto plazo para un buen entendimiento entre la nación catalana y ese Estado opresor que la suprimió por real decreto hace ya tres siglos. Falta hace que en España florezca una izquierda que con sentido común sea capaz de ofrecer a todos los pueblos que componen el Estado español alguna propuesta que no menoscabe la dignidad de nadie y pueda ser base para negociar con espíritu de justicia y ganas de entenderse. En tanto eso no ocurra, en el Estado español seguirá habiendo un gran problema por resolver, el cual en ocasiones hoy no previsibles puede convertirse en un foco de malas consecuencias similar al que se vivió a finales del siglo pasado en países no demasiado lejanos del nuestro.

El pueblo catalán está en lucha por su soberanía frente a quienes lo oprimen. Si miramos la historia veremos que en toda lucha de liberación hubo traidores, por más que no siempre se alzasen con la victoria. Esperemos que en esta ocasión triunfen quienes están por la soberanía del pueblo, la dignidad humana y la justicia. /PC


domingo, 11 de octubre de 2015

Tensa calma en el independentismo catalán


La formación independentista CUP, fiel a cuanto anunció en su campaña, insiste en no dar a Artur Mas el soporte que este necesita para ser investido presidente.


El coalición electoral Junts pel Sí (JxS) no encuentra el modo de convencer a su oponente el partido también independentista Candidatura de Unidad Popular (CUP) para que dé soporte a la investidura de su candidato Artur Mas. La izquierda independentista se reafirma en lo dicho en campaña y se niega a darle soporte porque está en desacuerdo con las políticas que ha desarrollado a lo largo de su gobierno y las que piensa seguir llevando a cabo si consigue la presidencia. 

Los medios de comunicación controlados por el gobierno autonómico dan apoyo incondicional al candidato neoliberal porque es quien asegura sus sustanciosos sueldos y libran batallas verbales contra esa troupe “antisistema” que según ellos es la CUP. Razón no les falta para calificarlos de ese modo, pues son la revolución misma, que han comenzado no aceptando ningún sueldo superior a 1.800 €, tres veces el salario mínimo interprofesional, que es de 600 €,  en ninguno de los cargos que ejercen en distintos ayuntamientos. Eso, se mira como se mire ya es una fuerte base de revolución social en un país donde hay alcaldes que cobran más de 4.000 € mensuales.

La CUP dice que dará soporte al candidato que se comprometa a seguir un programa social que priorice el bienestar de la población y la proteja del abuso de los poderes dominantes y se comprometa a seguir una política que cumpla con unos mínimos que ya expusieron en su programa. Eso deja a JxS en libertad para proponer algún candidato, de entre los muchos que integran su larga lista electoral, que pueda ser aceptado por la CUP. Pero ambos contendientes han acordado dejar el tema de la investidura para el último moemtno y seguir negociando en cuanto a las exigencias concretas que CUP pone sobre la mesa para dar soporte al nuevo candidato, que ya han docho bien claro que no podrá ser nadie con un historial como el de Artur Mas.

La ley electoral vigente dice que si en el plazo de dos meses desde el 27S no ha sido investido presidente alguno hay que convocar nuevas elecciones. El despechado aspirante ya ha dicho que antes que renunciar a su candidatura está dispuesto a ir de nuevo a las urnas. Se supone que confía en el hastío de una buena parte de la población votante que la lleve a abstenerse en esa segunda vuelta, con lo cual quizá pudiese obtener un número necesario de escaños como para no necesitar el apoyo de nadie. Habrá que ver si le sale bien, porque ese hombre tiene ya una larga historia de adversidades en sus estrategias electorales.

Mientras el juego sigue en lo más alto de Catalunya, en el entorno político del 27S ha habido un terremoto que amenaza con afectar a las próximas elecciones estatales. La hasta ahora secretaria general de Podemos en Catalunya, Gemma Ubasart, ha presentado su dimisión. Alega disconformidad con el tono y la filosofía de la campaña electoral catalana del 27-S, a lo cual se supone que debe añadirse su discrepancia con el líder del partido, Pablo Iglesias, en cuanto a nacionalismos se refiere. Serio contratiempo para ese partido, ya que contaba con que los buenos resultados en Catalunya lo aupasen en las próximas estatales.

Y mientras acá el pasado 27S sigue acaparando la atención de la gente, en España se llevan a cabo protestas por el impuesto al Sol que el gobierno ha decretado haciendo caso omiso a las muchas protestas de la sociedad; por las maniobras de la OTAN en territorio español; por el atentado de Turquía -que todo hace pensar que ha sido organizado por el mismo gobierno-, y se mantiene la expectación ante las próximas elecciones que se supone harán caer al actual gobierno. Una caída de la que no se espera obtener ningún adelante sustancial puesto que la izquierda parlamentaria anda al modo del viejo dicho castellano: “Como la gente de Pedro León, pocos y mal avenidos”.

Falta una izquierda fuerte en España, en Catalunya, en Europa y en el mundo. Y no porque no haya gente comprometida con ideas claras y acciones valientes sino porque los medios informativos oficiales impiden que se propaguen sus voces. Pero aun así, el rumor de la lucha se propaga y la conciencia del pueblo va en aumento. Esperemos que se desvanezcan las tinieblas antes de que el humo de las bombas que hacen estallar los gobiernos codiciosos oscurezca de nuevo el firmamento. /PC

PUBLICADO EN:

https://ecupres.wordpress.com/2015/10/14/tensa-calma-en-el-independentismo-catalan/

sábado, 3 de octubre de 2015

El independentismo catalán en la encrucijada


Quienes el pasado 27S votaron a ciegas en favor de la independencia tienen ahora ocasión de reflexionar acerca de lo que esconde la gran propuesta independentista de Artur Mas.


El notable ascenso de la izquierda independentista catalana representada por la CUP en las elecciones del pasado 27S (de tres a diez diputados) la pone por primera vez en el primer plano de la política catalana. Eso ocurre además porque la formación política ganadora, JxS, no cuenta con la mayoría necesaria para investir presidente a su candidato, Artur Mas, por lo cual necesita el soporte de alguna otra formación. Y por ser la CUP la única que lleva el independentismo en su programa y ser este la piedra angular de la campaña presidencial del candidato, es a ella a la que recurre. Pero que CUP y JxS tengan en común la consecución de una Catalunya independiente no significa que participen de un mismo ideario político y social. En tanto que JxS es una formación claramente de derechas, la CUP presenta un ideario político completamente revolucionario. 

Según la CUP, la independencia no consiste en un simple cambio de banderas. No consiste en cambiar al amo español por un amo catalán, máxime cuando ambos son vasallos del mismo amo que es ese lobby capitalista representado por la UE, el cual lo es a su vez del capitalismo mundial. La independencia consiste en que el pueblo catalán sea amo y señor de sí mismo, de establecer sus propias leyes y formas de gobierno, de decidir libremente con quién quiere ir de la mano por el mundo y con quién no. Y eso, se mire como se mire, es una posición revolucionaria, tanto desde una perspectiva social como política.

Conflicto, pues, en el ámbito independentista catalán. La negativa de la CUP de dar incondicional apoyo a la investidura de Mas es un fuerte contratiempo para las aspiraciones políticas de este. Por ese motivo era de esperar que los principales medios informativos catalanes controlados por el gobierno catalán emprendieran de inmediato una campaña de acoso y derribo contra quienes ejercen actualmente como portavoces de esa formación. Y así ha sido. La tertulia radiofónica que la emisora RAC1, de amplia audiencia en Catalunya, ha ofrecido este pasado día dos de octubre era una clara encerrona para la invitada Anna Gabriel, número dos de la CUP. Un entrevistador experto auxiliado por un cuadro de profesionales de similar nivel con idéntica ideología pro JxS han asediado durante cuarenta y nueve minutos a la cupense en lo que más que una tertulia ha sido un interrogatorio premeditado. Pero contrariamente a lo que cabe esperar de esas encerronas, Anna Gabriel ha respondido de modo incuestionable a todas y cada una de las preguntas que con más o menos evidente mala intención se le han hecho, dejando clara cuál es la posición de la formación política que representa y las razones de orden social que la amparan. De ese modo, la entrevista ha servido para difundir entre la audiencia los objetivos políticos de la CUP a través de los medios de información controlados por JxS, algo que quienes la organizaron no esperaban que ocurriese.

Ese combate radiofónico que referimos no tan solo muestra de forma clara la capacidad mental de quienes representan en el ámbito parlamentario a esa izquierda revolucionaria catalana independentista que es la CUP sino la razón de sus argumentos. Esa entrevista ha servido para hacer llegar al gran público el pensamiento que anima a esa fuerza política que pese a llevar actuando a nivel municipal desde 1986 es desconocida por la mayor parte de la población catalana votante por el vació que le han hecho siempre los medios informativos autonómicos catalanes controlados por la derecha. 

Cabe pensar que tras ese varapalo, los equipos responsables de dar la batalla mediática en favor de JxS y en concreto por la investidura presidencial de Artur Mas se replantearán la estrategia. Y quizá también el propio Mas tenga que quitarse la careta y pactar alianzas con alguna de las otras fuerzas políticas que actúan en Catalunya. Pero la pelota está en juego y pese a que es la derecha catalana quien maneja la llave de las luces que iluminan la cancha y el foco que sigue las jugadas, la incorporación activa de una buena parte de la población catalana no dejará de vocear cuanto haya de reprobable en el juego de ese equipo favorito que no repara en nada para alzarse con la victoria.

Pero que nadie tema que para señalar faltas haya que inventar nada, porque si no bastan las imputaciones de corrupción que recaen sobre CDC, el partido del candidato Artur Mas, ahí están sus políticas antisociales y el empobrecimiento de la población de Catalunya que conllevan. Y por si eso fuera poco, un claro indicativo de qué modelo político sigue nos lo da el amparo que busca su candidatura en las fuerzas más represoras del panorama político mundial, tales como son el Estado de Israel y los halcones republicanos de EEUU.

La independencia de Catalunya no puede ni debe estar al servicio de quienes generan muerte y miseria en el mundo mediante guerras de rapiña y leyes injustas. El pueblo catalán ha manifestado claramente en diversos momentos de la historia reciente su voluntad de ser modelo de justicia social en su entorno y por extensión en el mundo entero. Nunca la derecha catalana, ni la de parte alguna, ha estado por la justicia social, de modo que una independencia de Catalunya en sus manos no será independencia para el pueblo catalán sino esclavitud ineludible. De aquí que con plena convicción nos atrevamos a decir:  La independencia de Catalunya será revolucionaria, o no será. /PC