martes, 8 de diciembre de 2015

De nuevo la derecha


Las sociedades irresponsables dan el triunfo a las derechas. Pero ¿quién hace irresponsables a esas sociedades? La derecha, sin duda, con las formas de vivir que impone. Pero también las falsas izquierdas, con ese encender una vela a dios y otra al diablo que las caracteriza. 


En Francia triunfa la extrema derecha en las regionales al tiempo que en Venezuela triunfa la derecha contrarrevolucionaria. Argentina cayó hace unos pocos días en manos de los neoliberales. En España los pronósticos dan como posible vencedora en los próximos comicios al partido de derechas que gobierna actualmente junto con la nueva derecha que asciende vertiginosamente. 

¿Cómo explicar tanto desatino en sociedades con un estimable nivel de instrucción? Ya no es la ignorancia de los pobres lo que da el poder a la derecha, como se decía hace más de un siglo… O quizá sí, porque ¿acaso la instrucción que recibe el pueblo incluye la reflexión? ¿Acaso los planes de enseñanza incluyen el desarrollo de la capacidad de discernir sobre temas cruciales en el orden social? ¿Acaso la instrucción básica no se limita en todo nuestro mundo occidental a proveer al alumnado de cuantos conocimientos necesita para servir ciegamente a quienes manejan el poder?

El individualismo invade la moral pública. El sálvese quien pueda, la aceptación callada del dominio de los poderosos en pro de la consecución de los mayores beneficios personales prima en el sentir colectivo. Tan solo un porcentaje bajísimo de la población piensa en términos de bienestar colectivo. La mayoría, si piensan, piensan en su propio bien, pero lo más común a la hora de tomar decisiones políticas sea que no piensen, que se limiten a dar su voto a quien les cae mejor, a quien les gusta más por su aspecto, sus maneras, su forma de hablar… Como si todo eso no estuviese debidamente controlado por los asesores de imagen y los especialistas de todo orden que asisten al candidato para que este pueda engañar a la mayor parte de la gente.

No solo se engaña al pueblo durante las campañas electorales. Mucho antes de que estas empiecen ya las derechas y las falsas izquierdas sembraron en la población una forma de pensar y sentir favorable a cuanto tienen pensado decir y mostrar durante la campaña los políticos de la derecha. Luego estos no tienen que hacer más que seguir el guión y decir lo que la gente está deseando oír. Porque como bien se sabe, “solo se engaña a quien desea ser engañado”.

Podríamos preguntarnos ¿por qué no hace lo mismo la verdadera izquierda? La respuesta sería obvia: porque no dispone de los medios ni los recursos necesarios para despertar el deseo de la mayor parte de la población. Ni TV ni radio ni prensa ni recursos económicos para comprar los servicios de especialistas en la manipulación de la mente humana. Pero por encima de esos determinantes hay una razón de peso para que aun pudiendo la izquierda no siga ese método criminal: los principios éticos por los que toda ideología de izquierdas que lo sea de verdad está obligada a regirse. 

Que la derecha no tiene ética alguna está fuera de dudas. Se rige únicamente por cuanto conviene a su propio beneficio. Y si a esa falta de escrúpulos le sumamos la persecución sistemática que a lo largo de los tiempos viene sufriendo la izquierda radical, tanto por parte de la derecha como de la falsa izquierda, esa que se define como izquierda en comparación con la derecha más salvaje pero que si bien se mira difiere muy poco del paradigma dominante, entenderemos que en el mundo haya tan poca izquierda militante y tanta población pasiva dispuesta a aceptar las mentiras de la derecha. 

En nuestro mundo occidental, ese de raíz cristiana, según se dijo durante siglos y todavía se dice por más que ahora cueste creerlo, la izquierda tiene poco que hacer. La sociedad en peso está derechizada. Eso es así porque la derecha colonizó el sentir colectivo, lavó masivamente la mente de las gentes, les llenó el alma de servilismo y de codicia, de amor a lo vano, a lo innecesario para una vida humanamente digna. Y es esa falta total de valores sociales, esa visión miope de lo que es verdaderamente valioso lo que permite a las derechas manipular a la población. En épocas anteriores los medios de persuasión de la derecha no eran tan eficaces, pues se limitaban a los predicadores eclesiásticos, a la violencia de las llamadas fuerzas del orden y poca cosa más. Hoy cuentan con medios mucho más eficaces. El pensamiento rebelde está en franca desventaja. Tan solo en la Fe atesorada en lo hondo del alma cabe un lugar, aunque remoto, para la Esperanza. 

Sin duda la derecha invadirá el mundo, destruirá valores y destrozará el planeta tierra, acabando de ese modo con la humanidad entera. Pero difícilmente logrará extinguir toda oposición a sus infernales acciones antes de que todo termine. En medio de la barbarie, cuando parezca que la estupidez reine por completo en el mundo entero, habrá seres humanos conscientes que sentirán en lo hondo de su alma el amor a la vida. Y ese amor los moverá a luchar de alguna de las maneras que tengan a su alcance. La maldad persistirá, pero la lucha no parará. O al menos esta es la creencia de quien esto escribe. /PC




domingo, 15 de noviembre de 2015

Catalunya se rebela


El alma del pueblo catalán despierta y se declara insumisa al Estado español.


El pasado martes 10 de noviembre el parlamento autonómico de Catalunya aprobó una resolución por la cual se compromete a no obedecer más leyes que las aprobadas en dicha cámara, a despecho de cuanto dicte el Gobierno español. Con esta singular declaración, la cámara catalana inicia un período de desobediencia institucional que ya ha sido contestada por el Gobierno del Estado con amenazas de todo orden. 

El poder estatal se manifiesta dispuesto a reducir la rebelión de ese pueblo que nunca se sometió de buena gana. Ese Estado con vocación de imperio ha ido viendo con el paso del tiempo como uno tras otro se liberaban los pueblos que antaño sometiera o ha tenido que aceptar sin poder impedirlo cambiasen de amo y señor. Hoy es Catalunya, el último baluarte de su poder invasor, el que está tratando de liberarse del yugo que lo oprime.

Pero no es fácil la tarea de poner la dignidad humana en el lugar que le corresponde, pues acá igual que ocurre en todas partes del mundo, intereses de todo orden, a cual más espurio, se resisten a aceptar todo cambio que no les favorezca. No importa el sentido de lo justo en el mundo actual. Se ha perdido esa idea como se perdieron tantas otras que fueron la base de subsistencia de antiguas formas de vida, hoy olvidadas todas ellas o incluso desconocidas. 

Se oponen a la independencia de Catalunya quienes de un modo u otro la invadieron y bien por ignorancia o por culpable desconocimiento insisten en no reconocer los derechos del pueblo catalán a gobernarse por sí mismo, con leyes dimanadas por propio parlamento con el consenso del propio pueblo. Se oponen quienes anteponen la legalidad a la legitimidad, quienes de hechos consumados y formas impuestas hacen norma. Y se oponen también quienes no entienden el sentido hondo de la palabra libertad, quienes nunca fueron conscientes de su condición de esclavos y no aceptan que alguien pueda sentirse a manera de tal.

Pero no son solamente impedimentos externos los que dificultan la tarea de construir ese proyecto de nación libre que late en el alma del pueblo catalán. Hay también tensiones internas. Hay capas sociales que quieren para sí el control y gobierno de la sociedad de ese nuevo Estado catalán que se aspira a formar. Y ahí es donde se libra la batalla en el momento presente. 

La codiciosa derecha catalana que capitalizó para su bien el noble anhelo de independencia del pueblo catalán ha encontrado en una pequeña organización de la izquierda surgida del mismo pueblo, con escasa representación parlamentaria en la pasada legislatura pero con una convicción y honestidad en su conducta que le ha merecido un crecimiento superior al trescientos por cien en el recuento de votos del pasado 27S. Esa joven coalición denominada Candidatura de Unidad Parlamentaria (CUP) se opone férreamente a las pretensiones oligárquicas de esa derecha catalana que ha pretendido ocultarse bajo la estrellada bandera de la independencia y la desenmascara. Es un combate desigual, El pequeño David contra el gigante Goliat. La escasez de medios contra la abundancia que dan el dinero y el poder establecido. Es el ideal contra el pragmatismo y la codicia juntos. Es el futuro esperanzado contra la continuidad del oscuro presente.

Anoche la TV autonómica catalana mostraba una parte de ese desigual combate cuando un presentador y tres periodistas escogidos asediaban a un invitado representante de la CUP. Era un asedio en toda regla, un esfuerzo supremo por ponerlo en ridículo ante toda la audiencia. No es la primera vez que se da ese espectáculo desde que CUP se opuso a JxS, como tampoco es la primera vez que el invitado de turno sale airoso del encuentro. Tres encerronas de ese calibre hemos visto en pocos días y las tres con idéntico resultado. Y es que la honestidad y la limpia conciencia son difíciles de batir.

No sabemos cuál será el resultado final de esta batalla. No sabemos si será el Estado español quien pondrá límites a la noble aspiración del pueblo catalán representado por esa coalición de nítido espíritu republicano llamada CUP o si serán las malas artes de sus adversarios quienes frustraran su proyecto de República Popular Catalana, pero sea cual sea el resultado, la lucha por el bien común no dejará de tener más tarde o más temprano su recompensa, porque en la siembra del bien no hay aporte inútil. 

El espíritu de justicia y libertad pervivirá siempre en el alma de los pueblos, por más que muchos se empeñen en darle muerte. Matarán quizá a quienes luchan… Los harán desaparecer… Pero no matarán al Espíritu que los animó. Lo expresan bien aquellos versos de María Elena Walsh que dicen: “Tantas veces me borraron, tantas desaparecí y a mi propio entierro fui solo y llorando; hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después que no era la única vez y seguí cantando…”. Y cantando seguirán hasta el final de los tiempos esas voces que claman por la libertad y la dignidad de todos los seres humanos sin distinción. Así, “Como la Cigarra”, por más que dure el largo invierno que la tuvo bajo la tierra. /PC

https://ecupres.wordpress.com/2015/11/16/catalunya-se-rebela/


lunes, 2 de noviembre de 2015

La hora de la verdad del independentismo catalán


Con mayoría de escaños en el parlamento catalán (72/135) las formaciones independentistas JxS y CUP se disponen a llevar a cabo la parte compartida de su programa electoral que consiste en declarar la independencia de Catalunya.


La coalición JxS presentó en su campaña electoral como objetivo único declarar unilateralmente la independencia de Catalunya respecto del Estado español si el número de escaños alcanzados en las elecciones del pasado 27S lo permitían. Para alcanzar dicho objetivo consideraron que eran imprescindibles dos cosas: 1) dejar de lado todo ideario político y centrar todas las acciones en la consecución de la independencia; 2) reelegir al presidente saliente Artur Mas sin cuestionar las decisiones políticas de sus gobiernos hasta el presente y las que pueda dictar en su nueva entapa. 

En cambio CUP sostuvo firmemente durante su campaña que no daría soporte a la investidura de Artur Mas por desacuerdo con las políticas de corte neoliberal que viene aplicando a lo largo de su mandato. Ambas formaciones coinciden en su objetivo de declarar unilateralmente la independencia de Catalunya y desobedecer las exigencias del gobierno del Estado cuando estas sean contrarias a los intereses del pueblo catalán. Pero difieren en cuanto a lo que consideran de interés para el pueblo. En tanto que a la CUP quiere una república catalana de corte socialista, JxS es plenamente neoliberal y los intereses que defiende son los de las clases privilegiadas, contrarios a los de la mayor parte de la población.

Establecer pactos partiendo de idearios políticos tan contrarios entraña grandes dificultades que para bien de su ideario independentista ambas formaciones políticas se esfuerzan en sortear. Y entretanto discuten uno y otro punto en desacuerdo se aplican a llevar a cabo el único punto en que coinciden, que es la declaración de independencia de la nación catalana en relación a las exigencias del gobierno del Estado. 

El gran atrevimiento que semejante gesto comporta ha puesto en guardia a los incondicionales defensores de la unidad del Estado. Dando muestras de poca imaginación, al presidente Mariano Rajoy no se le ha ocurrido sino imitar al catalán Artur Mas en su estrategia de unir bajo una misma bandera a los defensores de la patria, la española para Rajoy y la catalana para Mas. Ese ardid les permite ocultar bajo sus respectivas banderas toda la podredumbre que sus formaciones políticas acumulan tras los muchos años que llevan gobernando y controlando los medios de comunicación, silenciando voces disidentes y dando tribuna a los incondicionales aduladores. 

Pero por más que las mentes puedan estar hipnotizadas hasta el punto de extraviar el pensamiento de forma que impida discernir lo real de lo narrado o imbuido, todavía las hay que resisten a ese permanente lavado que desde el poder se está haciendo del pensamiento colectivo, tanto en Catalunya como en el resto del Estado. Hay quienes sin renunciar a los derechos de los pueblos a establecer sus propios gobiernos de forma libre y democrática defienden a un tiempo los derechos fundamentales de todo ser humano. Hay quienes no ahogan su ideario político con el espejismo de identidades que aun siendo en sí respetables dejan de serlo cuando son utilizadas para alcanzar espurios fines políticos.

La vocación de imperio del viejo Reino de Castilla se enraizó en el corazón del Estado español. A las conquista en territorio peninsular le siguieron las que llevaron a cabo en el continente europeo y allende los mares. Siempre a punta de lanza, imponiendo su ley a fuego y espada. Esa “vocación de imperio” claramente expresada por el fascista José Antonio Primo de Rivera pervive todavía. El Estado español no tan solo no renuncia a sus victorias de armas sino que se enorgullece de ellas en fechas y actos solemnes cada 12 de octubre y las reivindica ahora ante el pueblo catalán que reclama a voz en grito como nunca antes lo hiciera su derecho a ser tenido como tal y respetado por ese Estado heredero de todas las miserias humanas que desde 1939 predicaron como virtudes los políticos fascistas.

En el parlamento catalán el independentismo se puso en marcha. CUP y JxS se enfrentan a las formaciones políticas que sordas y cerradas a todo diálogo están incondicionalmente por la unidad del Estado. Entretanto en el seno del independentismo la lucha por lo social que defiende CUP se enfrenta a la codicia de CDC, generadora de esos grandes eventos impulsores del independentismo con los cuales pretende, según hemos ya señalado, encubrir la codicia de esa burguesía catalana ávida de poder y de riquezas. 

Ambas formaciones tienen su respectivo talón de Aquiles. CDC, las políticas neoliberales aplicadas durante su gobierno, a las cuales hay que sumar las demandas por corrupción que enfrentan diversos miembros de su partido. CUP tiene como punto débil su programa independentista, que no goza de la merecida comprensión ni dentro ni fuera de Catalunya y que CDC aprovecha para presionar en favor de la reelección del presidente Artur Mas. ¿Hasta qué punto una y otra formación podrán vencer en su personal duelo? ¿Buscarán ambas formaciones algo parecido a un empate técnico provisional y aplazarán su lucha hasta mejor ocasión? Eso se sabrá en breve. De momento la lucha sigue presentándose como de Catalunya contra España. Esperemos que desaparezca pronto esa gran cortina de humo y aflore la realidad política tanto catalana como española. /PC

domingo, 25 de octubre de 2015

Catalunya entre la ambición y la justicia


Ni opresora ni oprimida sino libre y soberana, pionera en el gran cambio que la humanidad necesita… o alineada junto a los poderosos que destruyen el mundo y la humanidad entera.


El mundo actual está siendo zarandeado por la codicia del capitalismo. Opresión, miseria y guerras con todas sus sangrantes consecuencias en los pueblos que las padecen son las consecuencias directas de esa voraz locura que no tiene otra causa sino la ciega soberbia, el loco afán de poder. La miseria del alma de unos cuantos causa la desgracia de todos, porque la paz es un bien incluso para quienes la destruyen, aunque ellos no lo sepan.

Catalunya, ese pequeño país de milenaria historia anexado bajo la fuerza las armas hace tres siglos por el reino de España, no es una excepción. Acá se está dando en el momento presente una batalla incruenta entre la codicia del principal partido de la derecha catalana y el afán de justicia de la izquierda. Es la lucha de David contra Goliat. Una pequeña izquierda surgida de lo hondo del pueblo que viene luchando por la independencia de la nación catalana como principio elemental de justicia frente a la poderosa derecha, rica en recursos y medios de todo orden, que pretende seguir capitalizando para su propio bien y el de las gentes de su clase todo cuanto pueda del patrimonio público catalán, de cuanto pertenece al pueblo, ya sea porque son espacios y recursos naturales, como el territorio y el agua, o porque haya sido construido mediante la aportación de fondos públicos surgidos de los impuestos que el pueblo catalán aporta con su trabajo, como son los servicios de salud pública, pensiones de jubilación, enseñanza, etc.

Quien es cada cual lo muestra claramente el entorno social de quienes componen ambos bandos. Gente del pueblo en el lado izquierdo; alta burguesía en el derecho. “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Sus respectivas motivaciones las denotan los hechos. En tanto la derecha da soporte a las políticas de despojo y apropiación de patrimonio, cual son los bancos que desahucian a pobre gente sin empleo que no puede pagar los plazos de la hipoteca, esa pequeña izquierda surgida de lo hondo del pueblo se opone con todos los medios de que dispone, incluido su propio cuerpo, a que la policía lleve a cabo esos criminales desalojos. Mientras esa derecha catalana que dice ser independentista da soporte a la “ley mordaza” decretada por el gobierno del Estado y echa mano de ella para reprimir a quienes protestan, la izquierda sale a la calle a enfrentarse a cuerpo limpio con las fuerzas armadas de antidisturbios y con el aparato judicial que las ampara. 

No se pueden equiparar ambos contendientes ni los principios que los mueven. Mientras a la derecha la mueve la ambición de poder y la codicia, la izquierda se rige por principios de igualdad y fraternidad. Uno de los básicos en la coalición que aglutina a la izquierda catalana es la no permanencia en puestos políticos retribuidos. Otro es el salario máximo que deben percibir quienes participen en la acción política, que no puede exceder a tres veces el mínimo interprofesional estipulado para todo el pueblo trabajador. En tanto la derecha se vale de dinero público para pagar a los profesionales que la alaban, esa izquierda surgida del pueblo no goza de subvención alguna, ni oficial ni extraoficial. No, no son equiparables. Es el pequeño representante del pueblo frente al gigante burgués opresor. Insistimos: David contra Goliat.

Una Catalunya libre y soberana, ni opresora ni oprimida, pionera en el gran cambio que la humanidad necesita es el ideal que late en el alma de la izquierda catalana y la impulsa a luchar. Una Catalunya poderosa, al lado de las fuerzas que controlan a los gobiernos de las naciones, que con su poderío siembran destrucción y muerte por doquier, es la que pretende afianzar la derecha catalana. La desigualdad de recursos entre uno y otro bando es inmensa. En tanto que la derecha controla los principales medios de comunicación y dispone de dinero suficiente para organizar eventos, la izquierda no cuenta más que con las acciones personales de quienes militan, las redes sociales, las acciones en los centros de los barrios, locales a los que no acude la mayor parte de la población. Tal situación nos trae a la memoria la vieja fábula del lobo blanco y el lobo negro:

-Dentro de nuestros corazones hay dos lobos luchando ferozmente. Uno es negro, el otro es blanco.
-Abuelo, ¿cuál de ellos vencerá? -preguntó un niño.
-Aquel que alimentes más. -fue la respuesta del anciano.

Hoy en el corazón de Catalunya se está librando una feroz batalla entre la ambición y la justicia. Ante la negación de la izquierda a dar soporte a la investidura del candidato de la derecha Artur Mas por desacuerdo con la política social que viene siguiendo a lo largo de sus mandatos, este amenaza con convocar nuevas elecciones, confiando sin duda en el poder de persuasión de los medios de comunicación que controla. Su ambición es extrema; su irresponsabilidad ante el peligro que comporta el auge ascendente de las fuerzas fascistas de la nueva derecha, máxima; y nulo es el respeto que muestra por la voluntad del pueblo catalán expresada en las elecciones del 27S. La pregunta que está en el aire es: ¿podrán la mentira y la codicia juntas vencer al afán de justicia que late en el corazón del pueblo catalán? Habrá que luchar y verlo. /PC

domingo, 18 de octubre de 2015

Explosivo cóctel emocional en la política hispano-catalana actual


A dos meses de las elecciones generales españolas y transcurridas ya tres semanas de las autonómicas catalanas del 27S sin que se sepa quién va a ocupar la presidencia, los medios informativos siguen azuzando los ánimos mediante toda clase de información malintencionada. 


La izquierda independentista catalana sigue plantándole cara a esa derecha que con el fin de mantenerse en el poder se convirtió de la noche a la mañana en independentista. Los medios informativos catalanes no logran por el momento polarizar la opinión pública contra esa izquierda insurgente que, fiel a sus promesas electorales, con solo diez escaños es pieza clave para que la coalición de derechas pueda hacerse con la presidencia. 

Tras una serie de fracasadas embestidas audiovisuales mediante las que cabe suponer se pretendía deteriorar la imagen de esa izquierda tenaz que es la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), la derecha independentista capitaneada por el presidente en funciones Artur Mas vuelve a centrar su propaganda en la guerra diplomática entre Catalunya y España. Y como si un acuerdo hubiese entre uno y otro bando, el gobierno estatal no hace sino favorecer la victoria de la derecha independentista catalana mediante declaraciones y acciones que son claras provocaciones al sentimiento patrio del pueblo catalán. 

Por si la empecinada torpeza de los políticos españoles en todo cuanto concierne al tema catalán fuese poco, ahí vino a sumarse el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que ha citado a declarar al presidente Mas el 15 de octubre, fecha en que se conmemora es fusilamiento del presidente Luis Companys por el régimen fascista del dictador Franco. Esa coincidencia ha hecho doblemente emotiva la citación judicial, la cual ha servido para que el pueblo catalán se manifieste una vez más en favor de la independencia patria. El presidente Mas ha renunciado al privilegio que como aforado le corresponde de prestar declaración judicial en su propio despacho y se ha desplazado hasta el Palacio de Justicia para declarar ante el juez Joan Manel Abril, uno de los jueces del TSJC que accedió al cargo por designación del Parlament de Catalunya a propuesta de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el partido que preside Artur Mas. Las organizaciones civiles Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural (ÒMNIUM), cuatrocientos alcaldes de la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y una gran cantidad de gente venida de todos los rincones de Catalunya en autocares fletados por ANC ha acompañado al presidente y ha manifestado su repudio al opresor Estado español.

Pese a que desde una perspectiva común tanto la citación judicial como la movilización de gentes y baño de muchedumbres en que se ha sumido al presidente se ven como una clara manifestación del sentir patriótico del pueblo, no faltan quienes escudriñando la vastedad política del presente sospechen que, sin menoscabo del sentimiento independentista del pueblo catalán, haya en esa agitación de masas un acuerdo más o menos tácito entre los poderes fácticos para que sea Artur Mas, un político neoliberal, la persona que encauce y controle el independentismo y lo mantenga dentro de los límites que convienen a las clases privilegiadas. 

Una Catalunya más o menos independiente del Estado español bien manejada por la derecha no sería ningún peligro serio para las oligarquías española y europea, ya que bien sometida a la UE, seguiría siendo feudo del capitalismo. La clase política catalana habría ganado poder sobre la española en esa batalla, pero el pueblo catalán permanecería sometido a los imperativos de esa oligarquía financiera, catalana, española y europea, cuyo único empeño es tener dominado y bien sujeto al pueblo trabajador.

Mientras eso ocurre en Catalunya, los principales partidos españoles en liza por la gobernación del Estado siguen tercos en su idea de que Catalunya es parte de España por derecho de conquista; en que la nación catalana no existe; y en que el pueblo catalán es una población de origen diverso que “para bien de toda España” debe seguir sometida a las leyes del Estado español. 

Mal camino se vislumbra a corto plazo para un buen entendimiento entre la nación catalana y ese Estado opresor que la suprimió por real decreto hace ya tres siglos. Falta hace que en España florezca una izquierda que con sentido común sea capaz de ofrecer a todos los pueblos que componen el Estado español alguna propuesta que no menoscabe la dignidad de nadie y pueda ser base para negociar con espíritu de justicia y ganas de entenderse. En tanto eso no ocurra, en el Estado español seguirá habiendo un gran problema por resolver, el cual en ocasiones hoy no previsibles puede convertirse en un foco de malas consecuencias similar al que se vivió a finales del siglo pasado en países no demasiado lejanos del nuestro.

El pueblo catalán está en lucha por su soberanía frente a quienes lo oprimen. Si miramos la historia veremos que en toda lucha de liberación hubo traidores, por más que no siempre se alzasen con la victoria. Esperemos que en esta ocasión triunfen quienes están por la soberanía del pueblo, la dignidad humana y la justicia. /PC


domingo, 11 de octubre de 2015

Tensa calma en el independentismo catalán


La formación independentista CUP, fiel a cuanto anunció en su campaña, insiste en no dar a Artur Mas el soporte que este necesita para ser investido presidente.


El coalición electoral Junts pel Sí (JxS) no encuentra el modo de convencer a su oponente el partido también independentista Candidatura de Unidad Popular (CUP) para que dé soporte a la investidura de su candidato Artur Mas. La izquierda independentista se reafirma en lo dicho en campaña y se niega a darle soporte porque está en desacuerdo con las políticas que ha desarrollado a lo largo de su gobierno y las que piensa seguir llevando a cabo si consigue la presidencia. 

Los medios de comunicación controlados por el gobierno autonómico dan apoyo incondicional al candidato neoliberal porque es quien asegura sus sustanciosos sueldos y libran batallas verbales contra esa troupe “antisistema” que según ellos es la CUP. Razón no les falta para calificarlos de ese modo, pues son la revolución misma, que han comenzado no aceptando ningún sueldo superior a 1.800 €, tres veces el salario mínimo interprofesional, que es de 600 €,  en ninguno de los cargos que ejercen en distintos ayuntamientos. Eso, se mira como se mire ya es una fuerte base de revolución social en un país donde hay alcaldes que cobran más de 4.000 € mensuales.

La CUP dice que dará soporte al candidato que se comprometa a seguir un programa social que priorice el bienestar de la población y la proteja del abuso de los poderes dominantes y se comprometa a seguir una política que cumpla con unos mínimos que ya expusieron en su programa. Eso deja a JxS en libertad para proponer algún candidato, de entre los muchos que integran su larga lista electoral, que pueda ser aceptado por la CUP. Pero ambos contendientes han acordado dejar el tema de la investidura para el último moemtno y seguir negociando en cuanto a las exigencias concretas que CUP pone sobre la mesa para dar soporte al nuevo candidato, que ya han docho bien claro que no podrá ser nadie con un historial como el de Artur Mas.

La ley electoral vigente dice que si en el plazo de dos meses desde el 27S no ha sido investido presidente alguno hay que convocar nuevas elecciones. El despechado aspirante ya ha dicho que antes que renunciar a su candidatura está dispuesto a ir de nuevo a las urnas. Se supone que confía en el hastío de una buena parte de la población votante que la lleve a abstenerse en esa segunda vuelta, con lo cual quizá pudiese obtener un número necesario de escaños como para no necesitar el apoyo de nadie. Habrá que ver si le sale bien, porque ese hombre tiene ya una larga historia de adversidades en sus estrategias electorales.

Mientras el juego sigue en lo más alto de Catalunya, en el entorno político del 27S ha habido un terremoto que amenaza con afectar a las próximas elecciones estatales. La hasta ahora secretaria general de Podemos en Catalunya, Gemma Ubasart, ha presentado su dimisión. Alega disconformidad con el tono y la filosofía de la campaña electoral catalana del 27-S, a lo cual se supone que debe añadirse su discrepancia con el líder del partido, Pablo Iglesias, en cuanto a nacionalismos se refiere. Serio contratiempo para ese partido, ya que contaba con que los buenos resultados en Catalunya lo aupasen en las próximas estatales.

Y mientras acá el pasado 27S sigue acaparando la atención de la gente, en España se llevan a cabo protestas por el impuesto al Sol que el gobierno ha decretado haciendo caso omiso a las muchas protestas de la sociedad; por las maniobras de la OTAN en territorio español; por el atentado de Turquía -que todo hace pensar que ha sido organizado por el mismo gobierno-, y se mantiene la expectación ante las próximas elecciones que se supone harán caer al actual gobierno. Una caída de la que no se espera obtener ningún adelante sustancial puesto que la izquierda parlamentaria anda al modo del viejo dicho castellano: “Como la gente de Pedro León, pocos y mal avenidos”.

Falta una izquierda fuerte en España, en Catalunya, en Europa y en el mundo. Y no porque no haya gente comprometida con ideas claras y acciones valientes sino porque los medios informativos oficiales impiden que se propaguen sus voces. Pero aun así, el rumor de la lucha se propaga y la conciencia del pueblo va en aumento. Esperemos que se desvanezcan las tinieblas antes de que el humo de las bombas que hacen estallar los gobiernos codiciosos oscurezca de nuevo el firmamento. /PC

PUBLICADO EN:

https://ecupres.wordpress.com/2015/10/14/tensa-calma-en-el-independentismo-catalan/

sábado, 3 de octubre de 2015

El independentismo catalán en la encrucijada


Quienes el pasado 27S votaron a ciegas en favor de la independencia tienen ahora ocasión de reflexionar acerca de lo que esconde la gran propuesta independentista de Artur Mas.


El notable ascenso de la izquierda independentista catalana representada por la CUP en las elecciones del pasado 27S (de tres a diez diputados) la pone por primera vez en el primer plano de la política catalana. Eso ocurre además porque la formación política ganadora, JxS, no cuenta con la mayoría necesaria para investir presidente a su candidato, Artur Mas, por lo cual necesita el soporte de alguna otra formación. Y por ser la CUP la única que lleva el independentismo en su programa y ser este la piedra angular de la campaña presidencial del candidato, es a ella a la que recurre. Pero que CUP y JxS tengan en común la consecución de una Catalunya independiente no significa que participen de un mismo ideario político y social. En tanto que JxS es una formación claramente de derechas, la CUP presenta un ideario político completamente revolucionario. 

Según la CUP, la independencia no consiste en un simple cambio de banderas. No consiste en cambiar al amo español por un amo catalán, máxime cuando ambos son vasallos del mismo amo que es ese lobby capitalista representado por la UE, el cual lo es a su vez del capitalismo mundial. La independencia consiste en que el pueblo catalán sea amo y señor de sí mismo, de establecer sus propias leyes y formas de gobierno, de decidir libremente con quién quiere ir de la mano por el mundo y con quién no. Y eso, se mire como se mire, es una posición revolucionaria, tanto desde una perspectiva social como política.

Conflicto, pues, en el ámbito independentista catalán. La negativa de la CUP de dar incondicional apoyo a la investidura de Mas es un fuerte contratiempo para las aspiraciones políticas de este. Por ese motivo era de esperar que los principales medios informativos catalanes controlados por el gobierno catalán emprendieran de inmediato una campaña de acoso y derribo contra quienes ejercen actualmente como portavoces de esa formación. Y así ha sido. La tertulia radiofónica que la emisora RAC1, de amplia audiencia en Catalunya, ha ofrecido este pasado día dos de octubre era una clara encerrona para la invitada Anna Gabriel, número dos de la CUP. Un entrevistador experto auxiliado por un cuadro de profesionales de similar nivel con idéntica ideología pro JxS han asediado durante cuarenta y nueve minutos a la cupense en lo que más que una tertulia ha sido un interrogatorio premeditado. Pero contrariamente a lo que cabe esperar de esas encerronas, Anna Gabriel ha respondido de modo incuestionable a todas y cada una de las preguntas que con más o menos evidente mala intención se le han hecho, dejando clara cuál es la posición de la formación política que representa y las razones de orden social que la amparan. De ese modo, la entrevista ha servido para difundir entre la audiencia los objetivos políticos de la CUP a través de los medios de información controlados por JxS, algo que quienes la organizaron no esperaban que ocurriese.

Ese combate radiofónico que referimos no tan solo muestra de forma clara la capacidad mental de quienes representan en el ámbito parlamentario a esa izquierda revolucionaria catalana independentista que es la CUP sino la razón de sus argumentos. Esa entrevista ha servido para hacer llegar al gran público el pensamiento que anima a esa fuerza política que pese a llevar actuando a nivel municipal desde 1986 es desconocida por la mayor parte de la población catalana votante por el vació que le han hecho siempre los medios informativos autonómicos catalanes controlados por la derecha. 

Cabe pensar que tras ese varapalo, los equipos responsables de dar la batalla mediática en favor de JxS y en concreto por la investidura presidencial de Artur Mas se replantearán la estrategia. Y quizá también el propio Mas tenga que quitarse la careta y pactar alianzas con alguna de las otras fuerzas políticas que actúan en Catalunya. Pero la pelota está en juego y pese a que es la derecha catalana quien maneja la llave de las luces que iluminan la cancha y el foco que sigue las jugadas, la incorporación activa de una buena parte de la población catalana no dejará de vocear cuanto haya de reprobable en el juego de ese equipo favorito que no repara en nada para alzarse con la victoria.

Pero que nadie tema que para señalar faltas haya que inventar nada, porque si no bastan las imputaciones de corrupción que recaen sobre CDC, el partido del candidato Artur Mas, ahí están sus políticas antisociales y el empobrecimiento de la población de Catalunya que conllevan. Y por si eso fuera poco, un claro indicativo de qué modelo político sigue nos lo da el amparo que busca su candidatura en las fuerzas más represoras del panorama político mundial, tales como son el Estado de Israel y los halcones republicanos de EEUU.

La independencia de Catalunya no puede ni debe estar al servicio de quienes generan muerte y miseria en el mundo mediante guerras de rapiña y leyes injustas. El pueblo catalán ha manifestado claramente en diversos momentos de la historia reciente su voluntad de ser modelo de justicia social en su entorno y por extensión en el mundo entero. Nunca la derecha catalana, ni la de parte alguna, ha estado por la justicia social, de modo que una independencia de Catalunya en sus manos no será independencia para el pueblo catalán sino esclavitud ineludible. De aquí que con plena convicción nos atrevamos a decir:  La independencia de Catalunya será revolucionaria, o no será. /PC

lunes, 28 de septiembre de 2015

Elecciones autonómicas en la comunidad autónoma catalana del Estado español



Ayer domingo 27 de setiembre se celebraron elecciones autonómicas en Cataluña, las cuales habían sido presentadas por el actual gobierno autonómico catalán a modo de plebiscito. Las formaciones independentistas obtuvieron 72 de los 135 escaños parlamentarios, lo cual les permitirá gobernar en mayoría.

Con una población de siete millones y medio de habitantes, Catalunya representa el 16% del Estado español. La organización en comunidades autónomas del estado concede a las mismas algunas competencias administrativas, lo cual no impide que en algunas de ellas una buena parte de la población sienta que está injustamente sometida al Estado. Tal es el caso de Cataluña, que fue anexada a la corona española hace tres siglos por la fuerza de las armas, habiéndosele impuesto leyes, administración y lengua. 

La dictadura que instauró en el Estado español el triunfo de los rebeldes fascistas sobre el legítimo gobierno de la II República se empeñó en llevar a cabo un auténtico genocidio cultural en Cataluña y en Euskadi. La franca resistencia que encontró en ambos territorios hizo que sus respectivas lenguas, el catalán y el euskera perviviesen hasta el advenimiento de la democracia y la organización estatal en forma de comunidades autónomas, tras la cual fueron declaradas cooficiales las lenguas autóctonas en sus respectivos territorios y establecía obligatoria su enseñanza en la escuela. 

No obstante, la política regresiva que la derecha española ha llevado a cabo en las dos últimas legislaturas ha exacerbado los ánimos y ha fortalecido la reivindicación nacional del pueblo catalán, la cual ha hecho suya el actual presidente autonómico Artur Mas a fin de desviar hacia el independentismo la indignación del pueblo por las políticas neoliberales que su gobierno está llevando a cabo. 

Sin dudar en absoluto del sincero deseo de una buena parte del pueblo catalán de librarse de la opresión española, cabe señalar que las grandes movilizaciones populares que han precedido a las presentes elecciones autonómico han sido posibles gracias a la gran cantidad de propaganda de todo orden que los medios informativos catalanes vienen desplegando a lo largo de los últimos tres años más la acción continuada de organizaciones como Assemblea Nacional Catalana (ANC), Associació de Municipis per la Independència (AMI) entre muchas otras, más las propias de los partidos independentistas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Candidatura d’Unitat Popular (CUP) principalmente, a las cuales hay que agregar las de toda la izquierda extraparlamentaria catalana que de un tiempo acá está en plena actividad de reivindicación social y patriótica a un tiempo, puesto que como ya señalaron los libertarios catalanes allá por los años treinta del pasado siglo veinte, la libertad de los pueblos es tan exigible como la de las personas.

Hoy veintiocho de setiembre de 2015 se inicia una nueva etapa en la política catalana que sin duda afectará a la española. Los gobiernos estatales podrán seguir haciendo oídos sordos a las reivindicaciones del pueblo catalán durante bastante tiempo, conocedores como son del viejo refrán que dice “perro ladrador poco mordedor”, pero difícilmente podrán evitar que el clamor reivindicativo independentista se sume a los que despiertan las injustas políticas neoliberales que impone la UE.

No es probable que Catalunya pueda por el momento independizarse de España porque ni la UE ni ninguna potencia mundial parecen estar dispuestas a dar soporte a procesos secesionistas, pero no es descartable que surjan organizaciones políticas capaces de encauzar la rebelión del pueblo de modo tal que obligue a establecer formas de gobierno y organización estatal que puedan ser aceptadas por las minorías que en el presente se muestran agraviadas.

El poder opresor del capitalismo es inmenso y se ha impuesto en el mundo entero de forma aterradora. Pero el espíritu de rebeldía es inherente a la naturaleza humana y sin duda va a presentar batalla a la opresión hasta el final de los tiempos. La actual lucha del pueblo catalán por reivindicar su soberanía se sumará sin duda alguna a la de otros pueblos y naciones que sufren la injusta organización social que las oligarquías imponen. Los logros de esas luchas son impredecibles, pero es obvio que de ellas depende el futuro de la humanidad, amenazada hoy día por la codicia de unas minorías enloquecidas que destruyen el mundo entero. 

En este 27S el pueblo catalán ha dado muestras de querer poner la dignidad humana en el primer plano de la política. Quienes sentimos palpitar en nuestro pecho un corazón catalán nos enorgullecemos de ello y esperamos que esta lucha continúe hasta establecer en nuestra patria catalana el pleno dominio de la justicia social y el respeto que todo ser humano y por ende la población merecen. /PC




lunes, 21 de septiembre de 2015

Carta a un amigo independentista

Los seres humanos somos diversos, pero aun así podemos colaborar.


Querido amigo,

Me dices que llevas setenta años siendo independentista. Bueno yo lo soy desde no hace tanto, pues solo tengo ochenta. Nací en febrero del treinta y cinco, en tiempos de la República, cinco meses antes del alzamiento militar de la España fascista. He mantenido vivos a lo largo de mi vida recuerdos de la guerra, los bombardeos (uno de ellos mató a mi abuelo)… El de cuando con cuatro años conocí a mi padre. Todavía me acuerdo de cómo iba vestido mientras me tenía alzado en su brazo izquierdo y abrazaba a mi madre con el derecho. Y aún me parece estar oyéndola llorar y mientras me decía "es tu padre, hijo; es tu padre".

Recuerdo la posguerra, los años cuarenta, las colas con mi madre que teníamos que hacer casi a diario para conseguir la comida. Recuerdo haber visto un guardia civil empujando a golpes con el fusil las mujeres que hacían una de esas colas para se pusiesen en fila.

En casa no éramos independentistas sino catalanes de clase trabajadora. Mi madre, nacida en Aragón, junto a la zona limítrofe denominada La Franja, vino a Barcelona con 16 años y lo primero que hizo fue aprender a hablar catalán. Se conocieron con mi padre hablando catalán y así siguieron siempre, a pesar de que mi padre dominaba muy bien el castellano porque se crió en la República Argentina y allí cursó sus estudios básicos (él no omitió nunca la palabra República cuando nombraba ese gran país). Mi lengua materna es, pues, el catalán y nunca he perdonado al Estado español que me impidiese aprenderlo en la escuela.

El catalanismo no fue nunca tema de conversación en casa. Sí lo eran los recuerdos de la guerra, tanto del frente como de la retaguardia, los tiempos de la república, las huelgas, los sindicalistas, los pistoleros de la patronal, los hechos de mayo de 1937 en Barcelona. Cuando ya en los años setenta leí "Homenaje a Cataluña" de Orwell y "Els fets de maig" (Los hechos de mayo) de Manel Cruells, yo sabía ya lo que ellos explican por haberlo oído repetidas veces en casa. Y me quedé gratamente sorprendido al ver cómo coincidía lo que contaban con lo que en mi casa se explicó.

Fue a partir de los hechos vividos tanto por mí personalmente como por mi familia que tomé conciencia de la injusticia que padecía el pueblo catalán del que yo era parte. No fueron los libros ni los juegos florales ni la cultura catalana burguesa, que yo no conocía, lo que a mí me motivó desde muy joven sino un sentimiento hondo de estar sufriendo injusticia, tanto por parte del Estado español como de la burguesía catalana que año tras año venía explotando la clase trabajadora, de la cual yo era parte, valiéndose de las leyes españolas y de la fuerza coactiva que las imponía.

Para mí la independencia de Cataluña no es un fin sino un hito en el camino hacia un mundo más justo que el actual. No es un privilegio étnico sino un hecho de justicia, igual como lo era para los libertarios que a pesar de luchar al lado de la República querían la independencia de Cataluña porque no aceptaban que ningún pueblo sometiese a otro pueblo. Por esa razón tanto me da quien la defienda, si un catalán de pura cepa como era mi padre o un forastero que ha elegido Cataluña para vivir, como era mi madre. Lo único que no acepto es que en nombre de esa independencia se dé la espalda a las necesidades de la mayor parte de la población catalana, que, sea cual sea su origen, es el pueblo catalán de hoy día.

No distingo entre blancos y negros, moros y cristianos, catalanes y castellanos, según expuse en un escrito que publiqué con este título. Distingo, eso sí, entre quiénes están por los privilegios y quiénes por la justicia. Y justicia es restituir lo que se ha tomado con violencia, como España tomó Cataluña. El tiempo no hace buenas las acciones malas, por más que desvanezca el recuerdo y dificulte la reivindicación de los derechos arrebatados. Ni tres siglos ni mil son suficientes para hacer que prescriba un agravio. El pueblo catalán merece un respeto y todo el mundo que acá venga debe tenerlo presente si no quiere convertirse en invasor.

Este respeto que yo reclamo lo aprendí desde niño de mi madre y de mi padre. Ella con su comportamiento al venir de joven en Cataluña. Él con el amor que expresaba al hablar de la República Argentina que acogió a su familia. Y ese es el comportamiento que a mí me gustaría hallar en quiénes viven ahora en este mi país que es Cataluña.

Por todo esto que te cuento, amigo mío, ya verás que tú y yo no coincidimos plenamente en lo tocante al independentismo. Pero confío en que podamos estar de acuerdo en lo que para mí es esencial, que es la reivindicación de lo justo. Si así es, seguiré sintiendo que entre tú y yo hay suficiente afinidad como para poder seguir colaborando en pos de un mundo más humano. 

domingo, 20 de septiembre de 2015

La campaña presidencial de Artur Mas se complica


La banca catalana se une a la española y juntas amenazan con duras acciones en caso de que Cataluña se declarase independiente. 


Ha estallado como una bomba en plena campaña electoral la noticia de que Unió Democràtica de Cataluña (UDC), la formación política que hasta junio del corriente ha sido socia de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se pone abiertamente en contra de la propuesta independentista en la que el actual presidente Artur Mas afianza su candidatura.

Estamos a menos de una semana del 27S, una fecha que según el presidente Mas debe determinar si la mayor parte del pueblo catalán está o no por la independencia. Todas las formaciones políticas candidatas están en plena actividad. La lucha es feroz. Todo el mundo tira a matar. Descalificaciones, mentiras... Una vez más el fin justifica los medios.

La independencia de Cataluña en relación a España es el sueño de la mayor parte del pueblo catalán, que es minoría en la actual población de Cataluña. Es un sueño que grupos de activistas pro independencia vienen cultivando con tesón y mucho coraje a lo largo de los años, lo cual comportó gran riesgo personal en tiempos del dictador Franco. De ese sentimiento de nación se valió la derecha catalana para gobernar tras la dictadura desde 1980 hasta el presente, salvo entre 2003 y 2010, que el gobierno estuvo en manos de la izquierda moderada. 

Cuando en diciembre de 2010 Artur Mas asumió la presidencia del gobierno autonómico catalán la coalición CiU (CDC + UDC) cruzaba un momento bajo. Consiguió un discreto triunfo electoral pero necesitó pactar con los representantes de la derecha española, Partido Popular Español (PP), para ser investido y gobernar entre 2010 y 2012. Fue en ese período de gobierno cuando comenzaron en Catalunya los recortes presupuestarios al bienestar social que dieron lugar a las protestas populares de 2011. A fin de librarse de la presión de su aliado PP, el presidente Mas convocó elecciones autonómicas en 2012. Para asegurarse el voto de los independentistas catalanes prometió convocar un referéndum pro independencia si era elegido presidente. Fue investido con el soporte de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), partido presidido por Oriol Junqueras, estableciendo con él un Pacto de Gobernabilidad que finaliza en 2016.

Las medidas de gobierno del presidente Mas han estado marcadas por una gran disminución del bienestar social en Catalunya, lo que ha dado lugar a un gran malestar público. A fin de librarse de la desafección que la disminución del bienestar meritaba, Mas ha culpabilizado al gobierno del Estado de la insuficiencia presupuestaria que le obliga a llevarlas a cabo, uniendo de ese modo su discurso al discurso independentista que desde 2012 ha tomado fuerza en la sociedad catalana. Ello le ha convertido en líder oficial del independentismo catalán. 

No habiendo podido cumplir su promesa de convocar un referéndum para decidir sobre la independencia de Cataluña porque el gobierno estatal se lo impidió, Mas anunció que convocaría unas elecciones autonómicas que tendrían carácter plebiscitario y en caso de tener mayoría parlamentaria servirían para dar comienzo a un proceso político que debería culminar con la declaración unilateral de independencia de Cataluña respecto de España. La fecha asignada para esa convocatoria es el próximo domingo 27 de setiembre. 

Tras el pacto de gobierno con ERC, las relaciones entre el partido presidido por Artur Mas, CDC, y su socio UDC empezaron a tensarse, hasta el punto de romperse el pasado mes de junio. De entonces acá el partido del gobierno ha dejado de ser la coalición CiU para ser CDC.

La decisión de Artur Mas de ponerse al frente del independentismo catalán conlleva gran riesgo en la medida que es una apuesta por la ruptura institucional con el Estado. Visto a través de una óptica “sensata”, más que un plan político parece un sueño inalcanzable. Quizá por esa razón el gobierno estatal no le ha dado mayor importancia que la conveniente a su beneficio electoralista. Pero en la medida que UDC presenta candidatura para las próximas elecciones, oponerse es lo correcto y usar toda la fuerza disponible es lo lógico. Y la fuerza de UDC está en su buena relación con la derecha española que hoy gobierna y en su control de la banca. No es extraño, pues, que haya movilizado sus recursos y haya descargado semejante andanada. 

A esas amenazas, Mas ha respondido enardeciendo a los independentistas y desafiando a quienquiera que se les opongan, algo que no extraña a nadie porque es bien sabido que en las campañas políticas las amenazas y bravuconadas suelen estar al orden del día. Pero aun así, lo que hasta ahora parecía un plácido caminar hacia la utopía de la independencia patria ahora parece un auténtico campo de batalla. Las espadas en alto, los ánimos enardecidos y la victoria presidencial de Mas, que parecía fácil, en pleno riesgo.

A día de hoy, hay gran confusión en el electorado debida a la mezcla que la coalición JxSÍ hace de independentismo y campaña presidencial de Artur Mas. Hay muchos motivos para pensar que esta convocatoria es una estratagema del presidente para seguir en el poder sin que la oposición y el pueblo catalán le pidan cuentas por la política de destrucción de servicios públicos que está aplicando. Cierto que quienes en el entorno independentista no aceptan la doctrina de austeridad de Mas tienen en la CUP una posibilidad de apoyar el independentismo sin dar soporte al responsable inmediato de gran parte de la ruina social que padece el pueblo catalán, pero esa posibilidad la oculta la gran cantidad de propaganda desplegada en los medios que controla el gobierno. 

El bienestar social como primer objetivo lo defiende en estas elecciones “Catalunya Sí que es Pot”, una coalición de izquierdas formada expresamente para oponerse a la política neoliberal del actual gobierno. Esta formación no descarta el independentismo pero le antepone el bienestar del pueblo. Y quienes quieren defender a un tiempo el bienestar social y la independencia patria pueden optar por la CUP-CC, que se declara a la vez independentista y de izquierdas.

En el continuismo coinciden cuatro candidaturas, una catalanista y tres españolistas. La catalanista es UDC, la ex socia de CDC que ahora se le opone. Las españolistas son PSC-PSOE, formación española de centro izquierda que se alterna en el gobierno del Estado con la de derechas que es PP. Ese mismo PP, que actualmente gobierna en el Estado. Y C’s, un partido de reciente aparición que se opone abiertamente al independentismo y encubre su ideología de derechas mediante un discurso ambiguo y actuaciones políticas contradictorias.

La situación es confusa, debido en gran parte a la sospechosa doblez de la candidatura “Junts pel SÍ”. No parece que puedan hacerse pronósticos demasiado fundados. La pelota está en el tejado. Habrá que esperar a ver qué da el recuento de votos del próximo domingo día 27. /PC


NOTAS

JxSÍ “Junts pel Sí” 
Coalición electoral independentista encabezada en Barcelona por Raúl Romeva, ex parlamentario europeo independiente; Carme Forcadell, expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC); Muriel Casals, expresidenta d’Òmnium Cultural; Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya y de CDC; Oriol Junqueras, presidente de ERC; y un grupo de personalidades catalanas hasta un total de 85 que cierra Pep Guardiola, exentrenador del F.C. Barcelona (BARÇA) y actual entrenador del Bayern de Munic. 

CUP-CC Candidatura d’Unitat Popular – Crida Constituent
Candidatura independentista de izquierda, de carácter asambleario, encabezada en Barcelona por Antonio Baños.

CatSíqueesPot “Catalunya Sí que es Pot”
Coalición de izquierdas integrada en un principio por Catalunya Verds, Esquerra Unida i Alternativa i Equo, a la cual se ha unido posteriormente la formación Podemos presidida por Pablo Iglesias.
Encabeza la lista por Barcelona Lluís Rabell, expresidente de la Associació de Veïns de l’Esquerra de l’Eixample y presidente actual de la Federació D'Associacions de Veïns de Barcelona.
Esta formación no descarta el independentismo pero le antepone el bienestar social del pueblo catalán.

PSC-PSOE Partit dels Socialistes de Catalunya
Sección catalana del Partido Socialista Obrero Español, de ideología socialdemócrata, contrario al independentismo y favorable a posiciones federalistas.
Encabeza la lista por Barcelona Miguel Iceta.

UNIÓ.CAT Unió Democràtica de Catalunya
Partido político de ideología democristiana, fundado en 1931, miembro fundador del Partido Popular Europeo. Hasta junio pasado integró junto con CDC la federación CiU que ha gobernado en Cataluña con la presidencia de Jordi Pujol y recientemente de Artur Mas.
Su cabeza de lista por Barcelona es Ramón Espadaler.
No descarta el independentismo pero lo somete a las decisiones del gobierno español, lo cual equivale a descartarlo.

PP Partido Popular 
Es la sección catalana del partido de derechas que gobierna en España.
Defiende por encima de todo la unidad de España y la sumisión de todos los organismos oficiales al orden constitucional español.
Ni que decir tiene que es contrario al independentismo y a todo cuanto no sea la aplicación de la política neoliberal que ordena la UE.
Está encabezado en Barcelona por Xavier García Albiol

C's Ciutadans - Partit de la Ciutadania
Formación de ideología no definida pero presumiblemente de derechas, que  tiene su origen en una plataforma opuesta al nacionalismo catalán creada en 2005.
Su cabeza de lista por Barcelona es Inés Arrimadas. 

PUBLICADO EN:
http://kaosenlared.net/la-campana-presidencial-de-artur-mas-se-complica/ 

domingo, 13 de septiembre de 2015

La paradójica situación política catalana actual

Ni la derecha catalana ni la izquierda española harán jamás libre y soberano al pueblo catalán. La derecha catalana lo hará esclavo de los ricos; la izquierda española le impondrá las leyes de España.


Estamos viviendo en Cataluña una situación política que si no es paradójica es por lo menos sorprendente. Un partido tradicionalmente de izquierdas que apoya las políticas antisociales del gobierno de derechas. Un gobierno de derechas que promueve la independencia de Catalunya con relación al Estado español pero que se declara partidario de la integración a esa UE que arruina los pueblos de su periferia. Un pueblo catalán que deslumbrado por el espejismo de la independencia que han creado los medios de comunicación que controla la derecha catalana acepta sin protestar las políticas antisociales del gobierno de derechas. Unos partidos políticos españoles que dicen querer defender al pueblo catalán pero que se niegan a reconocerlo como nación y le niegan el derecho a decidir democráticamente su soberanía... Veamos algunos datos.

Preside el gobierno Artur Mas i Gavarró, presidente a la vez de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), un partido de derechas afín al pensamiento neoliberal de la UE. Ese gobierno se dedica a destruir sistemáticamente el bienestar del pueblo catalán privatizando todo lo que es susceptible de ser privatizado; a desviar dinero público para financiar proyectos privados sacándolo de los presupuestos de servicios básicos para el bienestar social; financiar ilegalmente su partido mediante el cobro de comisiones por concesión de servicios y obra pública a empresas privadas; y otras lindezas de ese estilo. El presidente Mas justifica sus acciones contrarias al bienestar del pueblo catalán escudándose en el déficit fiscal de Cataluña con el Estado, pero calla que su partido CDC da incondicional apoyo en el parlamento español a todas las propuestas que presenta el gobierno. Y como gran estrategia de carácter electoral, ese presidente de un partido que no había sido nunca independentista antes de ahora, se erige en líder de un movimiento independentista que pretende la soberanía del pueblo catalán y, como ya hemos señalado, pone todos los servicios informativos catalanes a apoyar el ideario independentista pero enfocándolo en dirección a la incorporación de Cataluña al lobby de banqueros que es la UE.

El principal partido de la oposición es Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), de tipo socialdemócrata, comprometido históricamente con la lucha por una república catalana independiente de España y con la defensa de los derechos del pueblo catalán como principal motivo. Pero ante la promesa del presidente Mas de potenciar la independencia de la nación catalana ha dejado de ser oposición de gobierno para pasar a apoyar toda la política antisocial del gobierno catalán. Tanto así que el 19 de diciembre de 2012 firma un pacto de gobernabilidad que le compromete a mantener este apoyo hasta 2016.

La renuncia de ERC a defender los derechos sociales en el Parlamento catalán hace que la asuman otros partidos con ideología de izquierda, siendo la Candidatura de Unidad Parlamentaria (CUP) el único que se declara a la vez independentista. Su acción política consiste en apoyar las propuestas independentistas y en oponerse a la política antisocial del gobierno, lo cual le está dando buen rédito electoral.

El resto de los partidos de ideología de izquierda no están a favor del proceso independentista. Uno es el Partido de los Socialistas de Catalauña (PSC), que mantiene estrechos vínculos con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE); otros son Iniciativa por Cataluña Verdes (ICV) y Izquierda Unida i Alternativa (EUiA).

Los partidos de la derecha son la sección catalana del Partido Popular (PPC) y Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C 's), que como es lógico defienden posiciones ultraconservadoras.

Siguiendo la estrategia electoralista que le llevó a declararse independentista, el presidente Mas convoca para el próximo 27 de septiembre unas elecciones que pretende tengan carácter plebiscitario. La condición que pone es que todos los partidos independentistas se integren en una lista electoral única, una clara trampa política que tiene como fin la reelección de su persona a la presidencia. ERC se aviene, pero la CUP no acepta el juego y decide presentarse en solitario. Da igual, porque a CDC ya le basta con el apoyo de ERC.

La concurrencia a la convocatoria del 27S se presenta a día de hoy del siguiente modo.

- De un lado CDC y ERC, junto con las organizaciones civiles Ómnium, ANC y Raul Romeva que concurrirán en una lista única que se llama Juntos Por Sí.
- Del otro ICV, Equo y Podemos, que se presentan en una única lista llamada Cataluny Sí se Puede.
- La CUP, que va en solitario como único partido independentista de izquierdas.
- Y en solitario también los partidos de derechas PPC y C 's.

La campaña electoral arrancó oficialmente este viernes 11S con la gran manifestación de la Diada, pero de hecho los medios de comunicación controlados por el gobierno catalán y CDC no han dejado de hacerla desde que Mas es presidente. En las redes sociales los voluntarios de uno y otro bando han roto fuego ya ardorosamente. Los de Juntos el Sí no quieren oír hablar de nada que no sea independencia. Los de Cataluña sí se puede, de bienestar social. PP y C 's hablan de la unidad de España y de la cohesión social, como si sus antecesores, los fascistas vencedores, hubiesen respetado jamás cohesión alguna que no fuese la de quienes piensan y sienten como ellos. Queda la CUP, que por un lado recibe quejas de los partidarios de Juntos el Sí y por el otro la sospecha de estar a favor de Mas, aunque ellos ya han dicho que no apoyarán su investidura. Y luego están los indiferentes, esa parte de la población que desaparece en la niebla del silencio porque no cree en nada y lo único que le interesa es su bienestar inmediato. Les da igual quien gobierne porque nunca se pararon a pensar en la relación que existe entre la forma de vida que nos tenemos que tragar y la ideología de quienes mandan.

Una vez más se pone en evidencia el poder de convicción de los medios de información, así como la debilidad democrática de este sistema dentro del cual tiene más posibilidades quien de más presupuesto dispone. Y más aún: la poca racionalidad del electorado, que sin pensar en las consecuencias de su voto se deja llevar por la simpatía personal de los candidatos.

No sabemos qué nos deparará este 27S, pero no esperamos nada nuevo. Pensamos que la gente seguirá siendo tan irreflexiva como hasta ahora; que los medios de comunicación seguirán controlando el pensamiento colectivo y que el tema de la soberanía nacional va a tener cuerda para largo. Difícilmente la gente se cuestionará nada de lo que ahora no se cuestiona, porque sin duda seguirá mirando la TV tantas horas como hasta ahora. Pero pase lo que pase, de algo estamos completamente convencidos:

Ni la derecha catalana ni la izquierda española hará jamás libre y soberano al pueblo catalán. La derecha catalana lo hará esclavo de los ricos (de los ricos catalanes, de los ricos españoles, de los ricos europeos ...); la izquierda española le impondrá las leyes de España más las que añada la UE. Sólo un partido surgido del pueblo, arraigado en el pueblo y controlado por el pueblo, que sea verdaderamente revolucionario y de izquierdas podrá guiar al pueblo hacia su liberación. Pero eso nos parece que todavía está muy pero que muy lejos.

Aun así, no debemos desfallecer. Dejemos que se guíen por espejismos quienes así lo deseen... o por antiguos esquemas quienes lo prefieran. Pero procuremos mantener la cabeza clara y el corazón entero. Que no nos deslumbre el triunfo ni la idea de riqueza que tienen los ricos. Que no nos arrastre el entorno. Que no nos gane el miedo. Pensemos bien qué queremos para la gente que amamos y apostemos por la opción política que nos parezca más adecuada para conseguirlo. Porque solo así podremos tener la conciencia tranquila tanto si acertamos como si erramos. / PC

PUBLICADO EN:

http://kaosenlared.net/la-paradoxal-situacio-politica-catalana-actual/

https://ecupres.wordpress.com/2015/09/14/la-paradojica-situacion-politica-catalana-actual/


viernes, 11 de septiembre de 2015

Catalunya genocidio cultural - 11 de septiembre


El 11 de septiembre de 1714 las tropas del Borbón Felipe V derribaron a cañonazos las murallas de Barcelona y ocuparon la plaza.

Tras aquella gesta guerrera, el Estado español prohibió los fueros y leyes seculares de la nación catalana e impuso las leyes de la corona española, prohibiendo además a un mismo tiempo el uso de la lengua catalana en todo documento escrito y exigiendo que el catecismo se enseñase en Catalunya en lengua castellana.

Fue el principio de un genocidio cultural que retomó fuerza en 1939 con la victoria de los fascistas sobre los republicanos y la dictadura regida por Franco que siguió.

Por esa razón el 11S es el Día de la Nación Catalana, “La Diada”.

Con el fin de conmemorarlo y animar al pueblo a seguir luchando, año tras año en esta fecha las manifestaciones patrióticas son notorias a lo largo y ancho de la pequeña geografía de Catalunya.

Hoy Barcelona bulle de fervor patriótico y al igual que en años anteriores una ingente multitud la invade.

La lucha por la libertad es lucha por la justicia. Nunca se dan una sin otra. + (PE)

PE/Ecupres agradece el envío de Josep Castello que, entre los 11 de setiembre, recuerda el genocidio cultural de Catalunya.