sábado, 7 de diciembre de 2013

La lucha del pueblo y la todavía lejana revolución

¿Cuál es el verdadero enemigo de la revolución y dónde se esconde?

En un momento como el presente en que la codicia de las clases altas estruja a más no poder al pueblo y éste toma conciencia y se rebela, parece lógico pensar siquiera por un instante hacia dónde vamos con nuestras protestas, o quizá mejor, hacia dónde queremos ir con nuestras acciones.

Tenemos mucho por lo que luchar porque mucho es lo que nos están robando. El número de colectivos movilizado y gente que se les suma crece día a día. Pero la lucha es desigual, como lo fue siempre, dada la gran desigualdad de recursos entre uno y otro bando. En tanto que los opresores tienen todo el aparato estatal a su favor, los oprimidos van a pecho descubierto dispuestos a recibir cuantos palos les propinen y contando como único recurso con la conciencia de quienes les apalean, que suele ser mucho más escasa de lo que requiere la humana convivencia.

Defender el estatus, salvaguardar los intereses de los opresores mueve cifras de dinero inimaginables. Los presupuestos de gasto militar son astronómicos. Los sueldos de políticos, economistas, abogados, y fuerzas represoras de todo orden que trabajan en favor de las minorías ricas de la población mundial son fabulosos si los comparamos con los de quienes en similares funciones tratan de estar al servicio de lo justo, de lo que revierte en bien de la sociedad entera. Y si tenemos en cuenta que una buena parte de quienes están al servicio de los ricos son gente del pueblo, las esperanzas de igualar la lucha mediante la toma de conciencia de la ciudadanía quedan muy menguadas.

No obstante algo se va a lograr en ese heroico empeño. Algo se va a librar del despojo institucionalizado al cual nos someten. Algún momento de gloria va a celebrar el pueblo a lo largo de esta desigual guerra que ha dado comienzo. Pero... ¿nos basta con eso?

A nadie se le oculta que las situaciones no bajan del cielo sino que surgen de un proceso que requiere un tiempo para desarrollarse. El viejo refrán “aquellos polvos trajeron estos lodos” lo expresa claramente. Lo ocurrido a partir del año 2008 se venia gestando desde mucho antes, desde 1980 dicen los expertos, pese a que casi nadie entre la gente común del pueblo se daba cuenta. Y esa ignorancia hace que la mayor parte de la población aspire hoy tan solo a regresar a la situación que teníamos en 2007. No ven que la situación actual no es un azar de la vida sino consecuencia de las decisiones dictadas por la ideología capitalista y que de no cambiar nada de cuanto venía sucediendo en el último cuarto de siglo volveríamos en breve a estar donde ahora estamos.

Ante lo que acabamos de comentar cabe la siguiente pregunta: ¿quiere de verdad el pueblo librarse del yugo capitalista, o le basta con mejorar las condiciones de vida por el momento y luego ya veremos?

Mucho tememos que la idea de librarse del capitalismo no está al alcance de la mayor parte del pueblo. Son muchos los factores que contribuyen a que eso así sea, pero el principal de ellos es que no somos capaces de imaginar otra forma de vivir distinta de la que el capitalismo nos ha impuesto. Consumo irracional y aun compulsivo en algunos casos, confort excesivo, individualismo y competitividad en vez de solidaridad, aceptación de la desigualdad social, irresponsabilidad política...

El principal impedimento para un verdadero cambio está en el pensamiento colectivo, es decir, en alma del pueblo. Ahí es donde se esconde nuestro principal enemigo. Pues mientras sigamos deseando cuanto el capitalismo ha puesto a nuestro alcance seremos esclavos de su maldita ideología, del maldito materialismo que nos oprime.

Hacen falta años de pedagogía para deshacer tanta miseria espiritual y construir un paradigma que ponga la dignidad humana en el primer plano del pensamiento colectivo. Años y acciones, porque como dijo Freire, es de ingenuos pensar que quienes gobiernan desde la ideología van a decretar sistemas educativos destinados a la liberación y dignificación del pueblo. Luego si queremos ese cambio, esa redención humana de las clases sometidas, va a tener que ser la sociedad civil quien lleve a cabo esas acciones encaminadas a construir el nuevo paradigma desde el cual pensar la vida.

Por fortuna esa campaña pedagógica comenzó ya, pues cada denuncia de injusticia es una invitación a abrir los ojos para ver las cosas de forma distinta a como las estábamos viendo. Son muchos los colectivos que hoy día están en pie de lucha. Deber de todo el pueblo es participar en esta necesaria defensa de lo propio, empezando por la dignidad pisoteada por los políticos de turno y sus secuaces.

En esta lucha contra el poder que estamos librando nos jugamos la libertad nuestra y de las generaciones que nos siguen. Si la perdemos habremos sentenciado nuestra esclavitud y la suya. Nadie debe mantenerse al margen de esta contienda. Cada cual debe aportar lo suyo, según sus fuerzas y capacidades, pero teniendo muy claro que abstenerse es traición. Porque tan solo con la victoria podremos mantener la condición de seres libres. /PC

http://www.kaosenlared.net/secciones/s2/opinion/item/75518-la-lucha-del-pueblo-y-la-todav%C3%ADa-lejana-revoluci%C3%B3n.html


2 comentarios:

  1. Una buena reflexión. La situación que estamos padeciendo solamente puede atribuirse a la falta de conciencia de los perjudicados. O bien al miedo irracional que los gobernantes siembran, a través de los medios de comunicación de todo orden, en el ánimo de las personas. El Procés Constituent que se ha puesto en marcha en Catalunya es esperanzador i creo que debemos darle todo el soporte posible.

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