miércoles, 10 de octubre de 2012

De lo que no hablan los líderes de la independencia catalana


Decir o hacer cualquier cosa que merme el fervor colectivo conlleva riesgo de rechazo cuando no de lapidación o de hoguera. Así fue a lo largo de la historia y así sigue siendo la conducta que la naturaleza humana dicta a las masas. De aquí que conlleve riesgo de incomprensión, cuando no de que se considere herejía o incluso traición decir en el presente, desde Catalunya, algo que invite al pueblo a reflexionar sobre el justo afán de independencia por el cual clama.

En los artículos que al pie citamos [1] queda clara cual es la posición de quien esto escribe en lo tocante al clamor del pueblo catalán en su relación con el centralismo español. Nadie dude, pues, de los sentimientos que animan cuanto a continuación se expone.

El quehacer político no suele seguir caminos de santidad sino de conveniencia. Contra todo cuanto afirma la mayor parte de quienes gobiernan en este despojo de democracias rendidas al poder del dinero que impera en nuestra “gloriosa” civilización occidental, sus acciones no están al servicio de sus gobernados sino de quienes les garantizan el éxito profesional y su permanencia en el poder, que como bien sabemos no es el pueblo sino los poderes fácticos a quienes ellos favorecen con sus acciones de gobierno. A partir de esta observación que aun siendo obvia no debemos dejar de tener presente, nos asaltan algunas preguntas políticamente incorrectas que justamente por amor patrio vamos a exponer, con la esperanza de que quienes las lean traten de hallar la debida respuesta.

La primera de ellas es qué condiciones pactaría con los poderes de facto ese partido de derechas, Convergència i Unió, de clara ideología neoliberal, que de la noche a la mañana se ha erigido en líder de las aspiraciones patrióticas del pueblo. Un partido que nunca estuvo por la independencia y que hoy va de la mano con el gobierno de España en lo tocante a política económica. Con quien iba a hacer pactos y que iba a dar a cambio de apoyo político es algo que el pueblo catalán debería saber antes de aceptar su liderazgo en tan importante empresa.

Mucho nos han dicho estos días desde los medios que controla el gobierno catalán sobre las ventajas que la independencia de Catalunya iba a traernos. No pocos son los discursos, escritos y conferencias que señalan lo fácilmente que esta puede lograrse. Tanta argumentación hay a favor de ello, que no podemos por menos de sospechar que algo importante se nos oculta. Por ejemplo todo lo concerniente a la banca y a los recursos financieros que han de hacer posible el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas catalanas, que son las que ocupan a más del 70 % de la población laboral. De eso poco o quizá nada se ha dicho en esos medios que animan nuestro afán de independencia. Tampoco sobre qué países estarían dispuestos a darnos apoyo y que nos pedirían a cambio.

Los medios de información catalanes dicen que los sondeos acerca del posible resultado de ese referéndum que el Sr Artur Mas, actual presidente de Catalunya promete al pueblo dan un 51% a favor de la independencia, con una participación que se estima puede ser del 70%. Pues bien, la mitad, grosso modo, del 70% es el 35%, lo cual nos lleva a preguntarnos en qué cabeza cabe un proyecto que ningunea al 65% de la población.

Auque solo fuera por lo dicho, por más que motivos hay para plantear más considerandos, se nos ocurre preguntar: ¿Es creíble que un profesional de la política no se plantee cuestiones tan fundamentales como son el tema financiero y el riesgo de tensiones que ese 65% de población ninguneada puede desencadenar en manos de los muchos agitadores sin conciencia que hay dentro y fuera de nuestro país? No nos parece creíble en absoluto.

Porque no nos parece creíble tanta ingenuidad en cabeza de político, aun a riesgo de hacer de abogado del diablo nos preguntamos qué piensa hacer el actual presidente de Catalunya con el incremento de votos que espera obtener de la buena fe ciudadana mediante su proclama independentista. Y se nos ocurre que lo tramado en su cabeza es obtener una aceptación incondicional del pueblo a su gobierno, a fin de neutralizar el rechazo que produce la política de recortes que ya ha empezado a aplicar en los servicios que a cargo del fisco se deben dar.

Pensamos que lo más prudente sería no confiar en el mesianismo de esas derechas catalanas convertidas de repente en independentistas que ahora lidera el señor Artur Mas, sino potenciar una discusión abierta sobre todo lo concerniente a este proceso liberador, en la cual además de los políticos interesados en atraerse el fervor popular y de quienes por ellos son designados tenga cabida el pueblo. Pero no un pueblo enfervorecido y fácilmente manejable sino consciente y vivo, con debates abiertos en los cuales haya voces que interpelen a los líderes políticos catalanes y les obliguen a manifestarse sin tapujos ni ambigüedades. Quizá entonces no veríamos tan sencillo algo que a todas luces ha de ser muy complejo, lo cual nos llevaría, sin duda, a hacerlo mucho más real y posible.

[1]  ARTÍCULOS RELACIONADOS:

Demagogia
ECUPRES 4/10/2012
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=10015
http://escritosdepepcastello.blogspot.com.es/2012/10/demagogia.html

Clamor de libertad y tambores de guerra
http://escritosdepepcastello.blogspot.com.es/2012/10/clamor-de-libertad-y-tambores-de-guerra.html


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