martes, 29 de agosto de 2017

Ganaron por goleada


El pasado sábado día 26 tuvo lugar en Barcelona el solemne acto final de ese ceremonial de “conducción emocional de la ciudadanía” que los expertos tienen establecido para los ya frecuentes casos de ataque terrorista en ciudades europeas. Una gran manifestación del pueblo encabezada por los estamentos ciudadanos que protagonizaron la asistencia a las víctimas y la defensa de la población, tales como policía autonómica, servicios médicos, agrupaciones de taxistas, etc., seguidos por las autoridades que se mantuvieron en un discreto segundo plano y cedieron el primero al pueblo.

Como es lógico, al acto no podían faltar los máximos representantes del Estado, tales como el presidente del gobierno y Su Majestad el Rey de España. No acudieron autoridades extranjeras, como si hicieron en París, quizá porque Barcelona no lo merecía dado que no es la capital de España, como sí lo es París de Francia. Pero esa ausencia quedó hasta cierto punto paliada porque una buena parte del pueblo catalán no siente como propios ni al rey ni al presidente del gobierno español, con lo cual para ese gran colectivo sí que hubo gente de fuera.

Tampoco vieron con buenos ojos la presencia de esas máximas autoridades los activistas de izquierdas, esas minorías sospechosas de estar contra el sistema que, según la gente cabal y agradecida, protestan por todo sin tener en cuenta que aún podríamos estar peor. Manifestaron su descontento armando una sonora bronca cuando Su Majestad y el presidente español descendieron del coche y ocuparon el centro de la fila de autoridades. Silbidos, gritos adversos y una pancarta que señalaba la causa de los atentados con una frase que recordaba aquella canción de Atahualpa Yupanqui, “El arriero”, en la cual dice: “Las penas y la vaquitas se van por la misma senda; las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Así, ajenos son también los negocios que causan muertes en el pueblo.

Pero fue empezar el escrache y empezar también a oírse fuerte el lema acordado para la manifestación: NO TINC POR (NO TENGO MIEDO) algo muy oportuno para dar coraje al público y a la población entera, para que no cunda el pánico, para que todo siga como si no hubiese ocurrido nada. Un eslogan que gritó a pleno pulmón la población musulmana de Catalunya para manifestar que no teme ser excluida por el pueblo que la acoge, pese a las malas acciones de unos locos que sin legitimidad alguna dicen actuar en nombre de Alá. Un loable acto de confianza en la sensatez del pueblo catalán y en la solidaridad que lo caracteriza.

No cundió, pues, la bronca entre la gran multitud que se manifestaba contra el terrorismo y en solidaridad con las víctimas. No lograron los gritos de protesta contagiar al gran público. Que los muertos fuesen propios y la causa fuese los negocios ajenos no resonó en las mentes de esa población disciplinada, consciente de que su deber no es otro que el de cuidar su bienestar según manda el orden establecido. La más absoluta serenidad reinó en todo momento. Unidad frente a la agresión terrorista. Cortesía hacia los máximos mandatarios del Estado. Todo fue según lo planificado por los expertos. La pulcritud y el orden ganaron por goleada a la indignación y la bronca.

¿Qué pensar ante tanta sumisión al orden establecido? Cuatro gritos fácilmente apagados. Ninguna organización importante aprovechando el momento para manifestarse contra la inmundicia que ese orden esconde. Los máximos representantes de un Estado que encubre negocios de armamento con los países que financian a los terroristas manifestándose junto a la multitud que rechaza el terrorismo y se solidariza con las víctimas. ¿Cabe mayor desfachatez? Y tan solo una minoría fácilmente silenciada manifestando indignación.

¿Es razonable esa conducta en esta sociedad catalana que tantas quejas dice tener del gobierno español? ¿De veras cabe esperar algo digno de un pueblo que tan pocas muestras de rebeldía da?

Muchas dudas nos deja ese ceremonial. La mansedumbre nunca trajo consigo libertad. Siempre fue la rebeldía la que hizo menos esclavos a los pueblos. Y a decir verdad, rebeldía estamos viendo muy poca ante tanta sinvergüencería organizada. /PC


jueves, 24 de agosto de 2017

Tratamiento mediático del atentado de Barcelona


El pasado jueves 17 de agosto, alrededor de las cinco de la tarde, se produjo un ataque terrorista en el centro mismo de Barcelona, en Las Ramblas, la calle más emblemática de la ciudad.

Una furgoneta se subió al paseo de peatones y arrolló a gran velocidad a más de cien personas. Resultó muerta una y heridas de gravedad el resto. A las pocas horas ya se contaban 13 los muertos y los informes médicos de los distintos centros hospitalarios que atienden a las personas heridas prevén que puedan ser muchas más el total de las fallecidas.

A las pocas horas, en el término municipal de Sant Just Desvern lindante con el de Barcelona, un hombre fue hallado muerto a puñaladas en el interior de un coche. Y en la madrugada siguiente al ataque de Las Ramblas, en la población de Cambrils, a unos 120 Km. al Sur de Barcelona, un coche con cinco ocupantes embistió a un coche patrulla de la policía. Tras un breve enfrentamiento los agresores fueron abatidos.

El día anterior al ataque de Barcelona se produjo una gran explosión en una urbanización de la población de Alcanar, a unos 200 Km. al Sur también de Barcelona. El chalet quedó totalmente destruido. Hubo dos hombres muertos y otro herido, el cual permanece hospitalizado bajo custodia policial.

La policía relaciona todos estos hechos y los atribuye a una célula de ISIS que ya venían persiguiendo desde hacía tiempo. Desde el año 2015 hasta el presente habían logrado abortar varios intentos de ataque de esa organización en Catalunya. Este no lo pudieron evitar. Según parece, la célula terrorista cuenta con muy buena organización. Se han realizado detenciones en diversos puntos del país y la policía trabaja firme para la total desarticulación de ese gran peligro que es el terrorismo yihadista.

A partir de estos lamentables hechos, los servicios informativos han dado toda suerte de instrucciones a la población para la propia seguridad y el buen funcionamiento de la acción policial. Han transmitido los sentidos mensajes de los políticos que se solidarizan con las víctimas y han hecho hincapié en el profundo dolor que unos actos tan luctuosos despiertan en todo ser humano. Han señalado también la ejemplar solidaridad de la población civil con las víctimas y con personas afectadas por causa de las medidas de seguridad que la policía debió tomar.

Se han declarado tres días de luto y se han convocado manifestaciones con asistencia de autoridades y abundancia de público. Barcelona entera ha quedado conmovida y la indignación contra el terrorismo islámico ha crecido considerablemente en la mayor parte de la población. Cabe pues felicitar a quienes han tenido bajo su mando el control de la situación, así como a los medios informativos que han realizado su tarea con admirable profesionalidad.

Durante los días siguientes al ataque se han emitido programas especiales dedicados al terrorismo yihadista y a deslindarlo de la religión musulmana. A explicar el origen del Estado Islámico presentándolo como una escisión radical de Al Qaeda en la guerra de Siria por motivos de fanatismo religioso. A explicar cómo son captados por ISIS los jóvenes terroristas. Y a informar de cómo la población civil puede colaborar a detectar síntomas de radicalización entre los jóvenes pertenecientes a la población musulmana que vive en nuestro país.

Nada, absolutamente nada se ha dejado entrever acerca de quienes impulsaron la formación de esa organización militar y se valen de ella en los terribles conflictos bélicos de Oriente Medio y de buena parte de África. Según lo transmitido, ISIS es fruto del fanatismo islámico, sin más. En ningún momento se ha dicho nada que pudiera dar lugar a que alguien pensara que el terrorismo que nos azota pueda ser una represalia por las agresiones bélicas que la OTAN con los EEU al frente y la UE como cómplice llevan a cabo en los países árabes. Y aun menos se ha dicho que pudiera hacer sospechar que estos ataques puedan estar inspirados por servicios de inteligencia relacionados con la CIA para controlar emocionalmente a las poblaciones afectadas.

La manipulación informativa empieza silenciando lo no conveniente y potenciando lo emocional. Sigue luego con la mentira programada, la cual encuentra ya el terreno emocionalmente abonado en las mentes de la audiencia. Es un método muy bien estudiado y eficaz. Nadie puede negarse a los sentimientos que mueve un atentado de ese orden. La muerte de seres humanos despierta a la vez dolor, compasión y odio. Compasión hacia las víctimas y odio hacia los terroristas. Las emociones embargan por completo la mente de las gentes y no dejan lugar para la reflexión.

Barcelona está ya en la lista de ciudades que han padecido los ataques terroristas y la consecuente “conducción emocional” de la población a través de los medios de comunicación fielmente obedientes a quienes gobiernan. Podemos decir, pues, que este ataque terrorista ha cumplido con su finalidad, la cual no es sino atemorizar a la población, polarizar la opinión pública en lo concerniente a las guerras que actualmente libra el bando de la OTAN en el mundo y reafirmar la confianza ciudadana en la policía y en las medidas de seguridad que dispongan quienes gobiernen.


Todo ha quedado controlado. No cabe esperar que ninguna opinión no conveniente pueda prosperar en la sociedad catalana. Tan solo cabe emocionarse, aplaudir, seguir ignorando de dónde vienen los males que nos azotan y dejar que siga siendo el zorro quien cuide del gallinero. /PC