miércoles, 6 de febrero de 2008

Arreglando la carga


Lleva ya este Grillo caminando más de un trimestre, y todavía da algún traspié de tanto en tanto. Nos preguntamos si será inmadurez o torpeza crónica, aunque me temo que tendremos que esperar todavía algún tiempo para diagnosticarlo. Pero sea como sea, habrá que seguir yendo hacia adelante, porque casi todo en la vida es como las bicicletas, que si se paran se caen.

Durante estas semanas transcurridas se han producido algunos cambios de formato y apariencia, pero no de “esencia”, si con esta palabreja entendemos aquello que hace que este espacio sea lo que es. Porque en esencia “La hora del Grillo” es o intenta ser un lugar para compartir inquietudes y sentimientos desde la contemplación del mundo con ojos distintos a los de quienes tan sólo piensan en «subsistir, gozar y medrar», que a nuestro entender es lo más primario en la estructura mental de una persona.

Conscientes de nuestra inexperiencia pero confiando en nuestra capacidad creativa, dijimos desde un primer momento que no sabíamos cómo hacer lo que estamos haciendo, pero que ya lo iríamos descubriendo. Y nos escudamos detrás de aquel refrán que dice «andando el burro se arregla la carga», el cual según se vio tiene diversas versiones en varios rincones del planeta. Bueno, pues eso hemos ido haciendo, arreglar la carga conforme hemos ido caminando. Caminando y cantando, porque esto es un grillo y no hay que olvidar que los grillos cantan.

Ahora tenemos ya un poco más claro nuestro recorrido, aunque no mucho. Sabemos a donde queremos ir e imaginamos el camino que buscamos, pero ni lo sabemos cierto ni de momento tenemos la sensación de haberlo hallado, pues avanzamos como los antiguos navegantes, mirando las estrellas por la noche y el Sol de día, pero sin brújula ni mapa ni ningún artilugio que nos sirva de guía.

Navegar de esta guisa es un peligro, y puede ocurrir muy bien que cualquier noche oscura acabemos estrellándonos. A menos que alguien desde donde se halle nos encienda alguna luz que nos señale donde están los escollos. Y se me ocurre que iría muy bien para este fin que quienes nos leen nos enviasen algún que otro comentario. O alguna nota por el correo oculto que hay en la columna lateral derecha justo donde pone EMAIL EN… VER TODO MI PERFIL. Pinchando allí aparece una ventana en la que entre otras cosas pone CONTACO y debajo Email. No hay más que pincharlo y escribir cuatro palabras diciéndonos qué habéis encontrado en este sitio que os invite a volver a entrar en él. Si es que lo hay, claro. Y aparte de lo hallado, qué os gustaría encontrar. Esto nos sería sin duda de gran utilidad para seguir avanzando.

Bueno, pues nada más por ahora, que ya tenemos claro que hemos pedido mucho. Que tengáis una feliz mañana o una feliz tarde o una feliz noche, según os pille. Y que la Luz, la Paz y el Gozo os llenen el alma.

http://bibliotecadelgrillo.blogspot.com.es/2008/02/arreglando-la-carga.html

sábado, 2 de febrero de 2008

Desvarío


A golpe de corazón camina el mundo y se hace la vida, y cuando éste no late el cuerpo muere. Hierve la sangre con el calor del alma, del fuego que nos arde en las entrañas, en lo más hondo, cuando nadie lo apaga con desencantos o con tristes malas artes. ¡Y que poco avanzamos sin este fuego interno que nos mueve!

Pero ahí están los sabios, los prudentes, los que solamente miran por sus bienes y consideran a los demás mortales como bestias u objetos, animales domésticos para su propio uso, metiendo siempre de por medio a la “sabiduría”. Ahí nos vienen siempre con la “prudencia”, su gran arma secreta, antiquísimo escudo antimisiles, destructor de todo cuanto empuja y se mueve. Ahí están moderando el empuje del corazón, que moderar es la función primordial de la prudencia, del pensamiento sabio, ponderado, conservador por encima de todo, del que cuida que no vayamos a descarrilarnos.

¡Nada de brusquedades! Un balanceo suave, moderado, ora a la derecha ora a la izquierda, pero siempre en su sitio, sin rebasar los límites marcados por la propia conveniencia de quienes ejercen la moderación suprema.

Y a propósito de supremo, Dios de por medio, porque de él echan mano casi siempre los ambiciosos y los conservadores, los que ansían doblegar a la gente para así explotarlos con más facilidad y menos esfuerzo, y los que temen que algo se les vaya de las manos si el pueblo piensa y deja de temer a ese Padre Eterno creado por la mente de las gentes creyentes a imagen y semejanza del muy amado, temido y respetado terrenal padre. ¡Dios, qué tragedia! ¡Y Tú que según dicen nos enviaste a tu Hijo para que nos despertase la conciencia y nos revolucionara! ¿O no fue para eso? No sé donde habré leído yo algo de todo esto, de enfrentar hermanos con hermanos, padres con hijos… Soy mal cristino yo y tengo mala memoria, pero me suena que en algún evangelio Jesús dice que no vino a traer paz… O algo parecido.

Bueno, pues no. Una cosa es lo que dice el evangelio que Jesús dijo, y otra lo que piensa la clerecía que conviene. Que le conviene a ella y a sus gentes, que las otras no importan. Que hay demasiada gente en el mundo, y no están de más las guerras y las enfermedades y el hambre de los otros. ¡Qué desvarío! Bueno a veces desvariamos los humanos de madrugada, ¡pero de día…! ¿Será que el desvarío me ha venido de leer las noticias de esta semana? El presidente de Francia predicando sumisión y religiones en vez de libertades y República; obispos católicos españoles, supuestamente cristianos, recomendando votar a partidos fascistas, intolerantes, violentos... ¿Un nuevo golpe militar, si pudieran…?

Lo dijo Jon Sobrino: «la salvación del mundo está en los pobres». Bueno, yo no lo creo. No creo que a este mundo lo salve nadie. Pero no es cosa de creerlo sino de hacerlo, de vivirlo a golpe de corazón como toda la gente que lucha aun sabiendo que poco se puede hacer en esta vida sino luchar para avivar el fuego que nos arde en lo hondo del alma, en lo más nuestro, para que no se apague, aunque en ello nos vaya la misma vida. «No temáis los que matan el cuerpo…». Pues aunque no lo crea, si encuentro ese escrito de Sobrino que debo de tener metido en alguna carpeta lo pondré en este sitio, para que quien quiera alentar todavía su esperanza y su lucha y su fuego interno se lo lea.

Y ahora cierro, termino, que ya es hora de acabar con tanto desvarío.

Que la Luz os guíe, y que el Gozo y la Paz os sean estímulos, no opio para el alma.