El pasado jueves 17 de agosto, alrededor de las cinco de
la tarde, se produjo un ataque terrorista en el centro mismo de Barcelona, en
Las Ramblas, la calle más emblemática de la ciudad.
Una furgoneta se subió al paseo de peatones y arrolló a
gran velocidad a más de cien personas. Resultó muerta una y heridas de gravedad
el resto. A las pocas horas ya se contaban 13 los muertos y los informes
médicos de los distintos centros hospitalarios que atienden a las personas
heridas prevén que puedan ser muchas más el total de las fallecidas.
A las pocas horas, en el término municipal de Sant Just
Desvern lindante con el de Barcelona, un hombre fue hallado muerto a puñaladas
en el interior de un coche. Y en la madrugada siguiente al ataque de Las
Ramblas, en la población de Cambrils, a unos 120 Km. al Sur de Barcelona, un
coche con cinco ocupantes embistió a un coche patrulla de la policía. Tras un
breve enfrentamiento los agresores fueron abatidos.
El día anterior al ataque de Barcelona se produjo una
gran explosión en una urbanización de la población de Alcanar, a unos 200 Km.
al Sur también de Barcelona. El chalet quedó totalmente destruido. Hubo dos
hombres muertos y otro herido, el cual permanece hospitalizado bajo custodia
policial.
La policía relaciona todos estos hechos y los atribuye a
una célula de ISIS que ya venían persiguiendo desde hacía tiempo. Desde el año 2015
hasta el presente habían logrado abortar varios intentos de ataque de esa
organización en Catalunya. Este no lo pudieron evitar. Según parece, la célula
terrorista cuenta con muy buena organización. Se han realizado detenciones en
diversos puntos del país y la policía trabaja firme para la total desarticulación
de ese gran peligro que es el terrorismo yihadista.
A partir de estos lamentables hechos, los servicios
informativos han dado toda suerte de instrucciones a la población para la
propia seguridad y el buen funcionamiento de la acción policial. Han transmitido
los sentidos mensajes de los políticos que se solidarizan con las víctimas y
han hecho hincapié en el profundo dolor que unos actos tan luctuosos despiertan
en todo ser humano. Han señalado también la ejemplar solidaridad de la población
civil con las víctimas y con personas afectadas por causa de las medidas de
seguridad que la policía debió tomar.
Se han declarado tres días de luto y se han convocado manifestaciones
con asistencia de autoridades y abundancia de público. Barcelona entera ha
quedado conmovida y la indignación contra el terrorismo islámico ha crecido
considerablemente en la mayor parte de la población. Cabe pues felicitar a quienes
han tenido bajo su mando el control de la situación, así como a los medios
informativos que han realizado su tarea con admirable profesionalidad.
Durante los días siguientes al ataque se han emitido programas
especiales dedicados al terrorismo yihadista y a deslindarlo de la religión
musulmana. A explicar el origen del Estado Islámico presentándolo como una
escisión radical de Al Qaeda en la guerra de Siria por motivos de fanatismo
religioso. A explicar cómo son captados por ISIS los jóvenes terroristas. Y a
informar de cómo la población civil puede colaborar a detectar síntomas de radicalización
entre los jóvenes pertenecientes a la población musulmana que vive en nuestro
país.
Nada, absolutamente nada se ha dejado entrever acerca de quienes
impulsaron la formación de esa organización militar y se valen de ella en los
terribles conflictos bélicos de Oriente Medio y de buena parte de África. Según
lo transmitido, ISIS es fruto del fanatismo islámico, sin más. En ningún
momento se ha dicho nada que pudiera dar lugar a que alguien pensara que el
terrorismo que nos azota pueda ser una represalia por las agresiones bélicas
que la OTAN con los EEU al frente y la UE como cómplice llevan a cabo en los
países árabes. Y aun menos se ha dicho que pudiera hacer sospechar que estos
ataques puedan estar inspirados por servicios de inteligencia relacionados con
la CIA para controlar emocionalmente a las poblaciones afectadas.
La manipulación informativa empieza silenciando lo no
conveniente y potenciando lo emocional. Sigue luego con la mentira programada,
la cual encuentra ya el terreno emocionalmente abonado en las mentes de la
audiencia. Es un método muy bien estudiado y eficaz. Nadie puede negarse a los
sentimientos que mueve un atentado de ese orden. La muerte de seres humanos
despierta a la vez dolor, compasión y odio. Compasión hacia las víctimas y odio
hacia los terroristas. Las emociones embargan por completo la mente de las
gentes y no dejan lugar para la reflexión.
Barcelona está ya en la lista de ciudades que han
padecido los ataques terroristas y la consecuente “conducción emocional” de la
población a través de los medios de comunicación fielmente obedientes a quienes
gobiernan. Podemos decir, pues, que este ataque terrorista ha cumplido con su
finalidad, la cual no es sino atemorizar a la población, polarizar la opinión
pública en lo concerniente a las guerras que actualmente libra el bando de la
OTAN en el mundo y reafirmar la confianza ciudadana en la policía y en las
medidas de seguridad que dispongan quienes gobiernen.
Todo ha quedado controlado. No cabe esperar que ninguna
opinión no conveniente pueda prosperar en la sociedad catalana. Tan solo cabe emocionarse,
aplaudir, seguir ignorando de dónde vienen los males que nos azotan y dejar que
siga siendo el zorro quien cuide del gallinero. /PC
No hay comentarios:
Publicar un comentario