sábado, 10 de diciembre de 2005

A quienes suelen leer mis escritos *


Durante algún tiempo he ido "colgando" en esta lista algunas de las cábalas de mi buen amigo agnóstico, y la verdad es que tengo que reconocer que esas aportaciones mías no han movido pasiones, ni para bien ni para mal.

Con todo, no puedo decir que no las haya leído nadie, puesto que dos lectores se comunicaron directamente conmigo para pedirme las partes del capítulo que habían perdido y una lectora me invitó a marcharme "con la música a otra parte", algo que, como veis, no he hecho.

Pero no ocurrió así con algunos anteriores escritos míos, los cuales soliviantaron el ánimo de un buen número de gentes defensoras a ultranza de la institución madre que las cobija y de la jerarquía que la rige, y las lanzaron contra este hereje que osaba publicar sus opiniones en un lugar supuestamente reservado a la ortodoxia católica.

Bueno, ya se sabe que la religión suele tener ese punto guerrero. No hay más que ver como a lo largo de los siglos ha servido para justificar y aun promover guerras, desde los remotos tiempos bíblicos, pasando por el medioevo, hasta la más cercana para quienes vivimos en España, la insurrección guerrera del general Franco contra el gobierno de la República. Con la bendición esta última de la Iglesia Católica Apostólica Romana que se benefició de toda esa sangre derramada.

En fin, paradojas de la vida. Ya lo decían los ancianos cuando yo era niño: "¡vivir para ver!".

Pero este "ver" me lleva a intuir que en cierto modo a una buena parte del personal católico le va la pelea. Tanto es así, que incluso cuando las supuestas herejías no las decía yo sino un imaginario personaje que habita en mi mundo mental, nadie ha lanzado contra él ni contra mí sus anatemas, tal vez por no saber a ciencia cierta con quien enfrentarse, si con él o conmigo. Pero ha bastado una ligera y suave crítica a la jerarquía eclesiástica española por sus desmanes del 12-N madrileño para que rápidamente tuviese yo ocasión de responder a diversos escritos de variado tono que me han sido dirigidos.

Eso está bien, porque así nos vamos conociendo. No obstante, si ya tenía yo desde hace mucho tiempo motivos suficientes para desconfiar de las creencias religiosas, ahora tengo más. Porque por más que esa doctrina cristiana sirva para hacer entonar en casi todos los rincones del mundo occidental esos hermosos cantos navideños de "Noche de amor, noche de paz" que por estas fechas resuenan en los grandes almacenes y en calles donde hay comercio, no es capaz de despertar en los corazones de una buena parte de quienes la siguen un deseo de paz y diálogo suficientes como para no responder con ira cuando alguien manifiesta un pensamiento crítico a sus creencias fundamentales o a la institución que las gobierna.

Bien, de acuerdo nadie es perfecto, y como dicen que decía un engreído, «ni siquiera yo». Pero aceptando las imperfecciones de cada cual como acepto las mías pienso que sería interesante y posiblemente enriquecedor el intercambio de opiniones en este campo de la vida interior que, si no voy errado, debiera ser el contenido principal de la religión. De otro modo, a mí personalmente todo cuanto gira en torno al mundo religioso no me tendría el menor interés. Claro que yo no creo que en lo alto del cielo haya un Ser Supremo interactuando con la especie humana, y aun menos con cada individuo. Pero para quienes creen en el Cielo y el Infierno...

Bueno, eso del Infierno ya no porque, si no lo tengo mal entendido, Juan Pablo II lo clausuró solemnemente. Y pronto ni Limbo habrá, porque parece ser que el Espíritu Santo ya le anda soplando al oído al papa Benedicto XVI que desaloje cuanto antes ese espacio ideal. Habrá que ver qué hace con las cándidas almas que lo ocupan, a dónde las destina, si directo al Cielo o si las va a tener deambulando por el espacio infinito por los siglos de los siglos. Por cierto, ¿alguien puede decirme a dónde fueron a parar las del infierno? Igual me tropiezo cualquier día yo por ahí con alguna alma en pena y me da un soponcio.

Pues eso... Ya que todo cuanto concierne a la vida del espíritu despierta en mí un gran interés y me invita al diálogo, voy a partir de ahora a colgar en esta lista mis propias cábalas, no ya las de aquel imaginario personaje agnóstico que ya intentó sin éxito compartir algunas de la suyas sino las de este humano de carne y hueso y más cosas que soy yo. Tal vez así pueda seguir cruzando pareceres tan interesantes como algunos de los que he tenido ocasión de gozar ultimamente.

Y por hoy basta, que si es muy largo el escrito acaba no leyéndolo nadie.

Mi más cordial saludo

Pep  (O en plan más formal, Josep Castelló Ríos, como cada cual guste)


Escrito para TAMBO, foro de diálogo de KOINONIA, el año 2005, allá por el mes de diciembre.
Tras esta nota dejaron de publicar las que les envié. Es decir, que me echaron del foro.

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